Voy a hacer huelga. No sólo por llevar la contraria, ni porque crea que sirve de mucho tal y como está este sistema, que desnaturaliza incluso los mecanismos de presunta protesta, sino porque creo que los sindicatos, con todos los defectos que padecen, son lo único que hay para contrapesar el despotismo arrasador del mercado. Ya sé que es tirar el dinero, pero el dinero me importa menos que los principios. Más que la riqueza, habría que repartir la pobreza, porque la riqueza no es humana ni moral, no tiene ojos ni oídos ni manos que dar, aunque sí mucha lengua; quien es pobre, necesita trabajar, y sólo el trabajo hace digno al ser humano. Hacer huelga para que otros puedan trabajar es mejor que lo contrario y un poco de hambre no me estaría mal, si tengo que ganar en salud. La pobreza posee menos cuerpo que espíritu, y la riqueza al revés. Por eso la pobreza es más ética. No sé cómo pueden decir que los sindicatos traicionan a sus afiliados, si no hay nada más traicionero que la política, vendida como está al capitalismo cerril de los bancos... A la vista están los ejemplos. Para muestra un botón: eso de subirse los políticos el sueldo el treinta por ciento antes de bajárselo el quince, o el hecho de que para tener ese sueldo vitalicio, o pensión, si prefieren, al cien por cien, tengan que trabajar sólo ocho años, mientras que cualquier no político, yo incluido, tenemos que cotizar treinta y cinco. Y el hermosísimo gobierno rompe toda negociación, tratado o pacto de pensiones que firma cuando le conviene a los bancos, a quienes siempre hace más caso que a sus votantes. Ya está preparando movilidad geográfica para funcionarios, así como empresas de colocación para ellos. Que nadie se extrañe de que los sillones, tan bien retribuidos, de los consejos de administración de los bancos estén siempre reservados a políticos en paro. ¡Que tenemos memoria, cojones! Se ve que necesitan su buena dosis de pobreza, empezando por los banqueros. Además, están nuestros hijos: sólo por ellos habría que tomar esa decisión, antes de que empiecen a desmantelar el estado del bienestar y el empleo juvenil alargando las jubilaciones y saqueando las pensiones y los sueldos de los funcionarios; que tengan cojones para tomarlas con los paraísos fiscales y veremos. Todavía me estoy riendo de aquello de "refundar el capitalismo" y "expropiar los paraísos fiscales" ¡La monda! ¡La repanocha! ¿Se lo podía creer quien lo decía? Me tiene sobre ascuas el hecho de que incluso se les llegara a ocurrir... Es inquietante, en el sentido de que anuncia que el otro mundo posible está más cerca de lo que creíamos. Por cierto que esta mañana he visto una foto de Zapaparo, el de los cuatro millones y subiendo, con los tiburones cagadivisas de Wall Street y me he quedado espantado. Bambi miraba a las cámaras, como siempre, ya que su ocupación principal, creativo publicitario, le exige estar como un actor posando; quizá le diese miedo contemplar el panorama, ya que, ante él le miraban fijamente los escualos, clónicos, vestidos del mismo traje, mirando el silencio del corderito lechal que no sabe inglés, con una dureza y elementalidad que daban escalofríos. Parecían decir: "Tú, bolo alimenticio; nosotros, estómago". Eran como el piquete de ejecución del cuadro de Goya. ¡Qué horror más horroroso! Ni siquiera un bolo como Z. merece ser procesado así. Cualquiera que no haga huelga, y es la hora de decirlo con todas las letras, estará perjudicando a sus hijos y borrando la lápida de todos los trabajadores que perdieron la vida luchando por conquistar los derechos de que ahora nos pretenden despojar poco a poco. Suena crudo, pero tal es la verdad; porque de esto se aprovechan siempre los mismos: hacen falta burros para tirar del carro.
Trabajar el triple para que la huelga sea un éxito
ResponderEliminarYa sabes que, básicamente, es lo que me toca hacer desde que se convocó: horas, tensiones, teléfono, sonrisas, dureza y todo el arsenal para convencer a quienes convencen cada día a sus lectores, oyentes y espectadores de que hay una realidad ajena a las líneas editoriales, para que el sesgo no sea tan brutal. Pero oficialmente haré huelga y se esfumará una parte del sueldo ganado honradamente. Como un tonto de feria, dirían los que solo piensan en dineros y estatus.
Pero lo hago desde el convencimineto de que la huelga es más necesaria que en 1988, que en 2002, más que nunca desde que se inició el movimiento obrero. Lo que se juega son las conquistas postsoviéticas; las cesiones que Marshall ideó para que Europa no se hiciera bolchevique. Si creen habernos derrotado caerán nuevas y terribles cargas para los rentistas del trabajo y volveremos a tener que andar lo desandado. ¿se entera o no se entera la clase obrera?
Yo también haré huelga y comparto tus motivos. Ojalá esto sea una ocasión de recuperar el verdadero sindicalismo. Aunque fracase la del 29 de septiembre, será el inicio de otras movilizaciones.- Javier Lumb.
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