miércoles, 22 de diciembre de 2010

E. Y Vicente Rodero

Me entero de que E. ha contraído una hepatitis muy violenta; está, sin embargo, magnífica; ha superado muy bien su divorcio y se ve que es feliz, por lo que me alegro muchísimo. Los fines de Semana se suele ir a Madrid a ver a su novio, un licenciado en historia, también divorciado y con hijos, que hace varios programas de radio y con el que está escribiendo un libro de esos de Temas de hoy.

Recibo una joyita bibliográfica de hace 110 años, la última incorporada a mi colección, ya ciertamente voluminosa, de clásicos raros manchegos . Se trata del único ejemplar que tengo constancia exista de Prosa y verso (obra póstuma) de Vicente Rodero. Valdepeñas: imprenta de Mendoza, 1901. Se trata de una reunión de artículos, cuentos, novelas cortas y poemas de este autor del que ahora sé un poco más. A través de sus páginas se ve que era un regeneracionista de humildes orígenes, un sastre muy instruido por sus propios medios (era un lector voraz, en particular de Cervantes, Quevedo (se nota en él la lectura de Los Sueños), Larra, Campoamor, Selgas y los líricos neopopularistas); llegó a acumular una importante biblioteca y, aunque todos lo respetaban como hombre muy sensato y de buen juicio, estaba entregado secretamente a la poesía; le preocupaba el futuro de España y de Valdepeñas en particular y dirigió con sus amigos republicanos y socialistas el periódico El Heraldo de Valdepeñas desde su misma creación en 1898. Todos los que escribieron necrológicas sobre él señalan que era hombre sincerísimo y muy claro y un extraordinario observador; sabía resumir en una frase lo que a otro le ocuparía dos páginas de texto. Y, aunque era partidario del progreso y del liberalismo y odiaba el caciquismo y la tiranía y simpatizaba con los socialistas, su fe religiosa en Dios, más que en la iglesia, de la que no se consideraba un seguidor servil, le impedía reconocer la teoría de la evolución natural en el caso del hombre -no así la evolución artificial- y, por otra parte, no creía suficientemente instruidos a los españoles para el sufragio universal y el juicio por jurados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario