Franz Kafka, Sobre las alegorías, Praga, 1922:
Muchos se
quejan de que las palabras de los sabios siempre han sido y serán no más que
alegorías y son inútiles para la vida diaria, que es lo único que tenemos.
Cuando el sabio dice «Vaya hacia allá»
no quiere decir eso (que uno ha de ir hacia un lugar situado más allá), lo
que por supuesto podría cumplir si el resultado del viaje valiera la pena; al
contrario, quiere decir algo legendario más allá del otro lado, algo para nosotros
desconocido y que él tampoco llega a indicar, de forma tal que no nos puede
servir de nada acá donde estamos. Así pues, todo lo que estas alegorías tratan de decir es
simplemente que lo incomprensible es incomprensible, que ya lo sabemos, y los
problemas con que topamos todos los días son algo distinto. Sobre este tema uno
preguntó una vez: ¿Por qué tanto empecinamiento? Si siguieseis sólo el camino
de las alegorías, vosotros mismos os convertiríais en alegorías y de esa forma
solucionaríais todos vuestros problemas cotidianos.
Otro dijo:
-Apuesto a que eso también es una alegoría.
El
primero dijo: -Has ganado.
El segundo
respondió: -Sólo alegóricamente, por desgracia.
Y el primero
replicó: -No, en lo real; alegóricamente has perdido.
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