Son cosas como éstas las que dan su valor a la palabra honor, ese concepto tan desacreditado que caracteriza el modo de ser español en los Siglos de Oro. Aparece hoy en el periódico El Mundo: a Kang Kek Ieu le llaman Duch. Profesión: profesor de matemáticas y genocida. Hoy espera en una prisión de Phnom Penh, custodiado por la ONU, pagar por sus crímenes: el exterminio de la clase intelectual camboyana, unas 17.000 personas, entre los años 1975 y 1979, durante el sanguinario régimen de los 'jemeres rojos'. Es inocente, o un esclavo de las circunstancias, como todos los genocidas. Se ha convertido al Cristianismo. Le han hecho esta pregunta :
-Hoy no hay ningún jemer rojo, entre los jefes de ese régimen, como Khieu Sampan o Ieng Sary, que admita haber tenido alguna culpa, alguna responsabilidad. ¿Erais todos unos cobardes entonces o ahora sois todos unos mentirosos?
De la boca de Duch no sale ni una palabra.
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