domingo, 11 de octubre de 2009

El silencio

Me viene ocurriendo estos días algo que me inquieta vagamente. Es el silencio; en la atmósfera hay una especie de polvo o de pelusa que empieza a posarse sobre mí, como indicando que estoy muy cerca del punto final, que me doy por concluido pese a todo lo que tengo que terminar. Esto es tan incómodo que incluso ya ni echo de menos el entusiasmo; sencillamente, me dejo estar en las sillas y en los sillones como si fuera un mueble más, y me falta poco para quedarme cosificado como un cadáver; la respiración se me enlentece tanto que no podría ni apagar una candela y las moscas empiezan a posarse sobre mí con la más absoluta indiferencia, como si fuera una mierda más de las que suelen paladear. Esta atmósfera de requiem es mortífera, empedernecedora, dormificante; podría perder el consistir todos los días y transformarme en una oblea como las que aparecen en los relojes blandos de Dalí. Vago por la casa como si fuera un fantasma en pijama y me deslizo por las sombras como si fuera una visión periférica derramada del rabillo del ojo. Si sopla una corriente de aire, me disperso, igual que los burujos o vilanos de una tagarnina o palabra del hombre. Soy más inconsútil y deleble que una transparencia de fotochop.

Se me acaban de caer casi todos los dientes de la parte superior de la boca; el dolor lo alivio con ampollas de nolotil; Mardelfina me ha encargado unas fundas y me va a poner una dentadura nueva, pero mientras llega tengo que estar mellado como un abuelo; no me molesta, pero uno se da cuenta de lo antiguo que es el material de que uno está hecho; cualquier día me meterán en una caja y me llevarán devuelto a la zapatería con los demás muertos.

2 comentarios:

  1. Angel, espero que no estés entrando en un nuevo bucle de desánimo o depre, mucho menos por unas piezas dentarias temporales, te aseguro que las nuevas serán como mínimo infinitamente mejores, es lo que tiene la tecnología actual.
    Arriba el ánimo y continua con tu excelente blog.

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  2. Angel, referente a esta última reflexión, espero que no estés entrado en una nueva fase de pesismismo o depre, no te acobardes y atormentes por unos ridículos dientes gastados, por experiencia, se que los que te pongan serán como mínimo más bonitos e interesantes que los anteriores.Avanti

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