Los curas católicos bendicen perros y gatos el día de San Antón, pero no parejas gays. Supongo que tampoco el papa Julio II, el famoso mecenas del gay Miguel Ángel, se bendiciría a sí mismo por hacer pareja con su amante gay, que lo tuvo, como consta en los documentos y es público y notorio, al menos a los que han leído un poquito de historia. Pero bueno, ya se ve que la iglesia en eso de tirar la primera piedra no hace mucho caso de su misma doctrina y ni aún de Jesucristo, diría yo.
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