domingo, 20 de diciembre de 2009

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Es un espectáculo de primera, una historia bien contada, que apabulla visualmente, y aunque uno podría decir que pero nada más, esto es más que suficiente, sin embargo, para que pueda decirse que pocas veces seis euros habrán estando tan bien empleados; tras verla termino por sentir ganas de medir tres metros y ser azul; ahora bien, si empezamos a diseccionar este entretenimiento con algo de panfleto místico-ecologista en favor de la diosa madre tierra, vemos que lo que principalmente luce es la receta de producción y la eficaz y plagiaria, dirección y argumento (este está tomado de la película de animación infantil australiana Fern Gully; la estética de las islas y dragones flotantes del ilustrador y pintor Roger Dean). El amor de Cameron por la fauna oceánica, que es quizá el único elemento personal de la obra, se refleja en el diseño de la flora y fauna del planeta; las plantas y los animales están muy bien concebidos y se supera ya definitivamente con animatrónicos a las pacientes figurillas de plastilina de Ray Harryhausen. Los personajes digitales humanoides son ya mejores y más expresivos que los reales, y suspenden y maravillan esos perros gigantes, caballos de seis patas, medusas vegetales, dragones voladores, plantas autogiro, corales cobardes, hierbas luminiscentes y árboles USB. Pero el guion de receta no da más de sí, ya que se trata de un calco de Pocahontas, La selva esmeralda, Rambo, Los pitufos y Bailando con lobos. Por no hablar de los juegos de ordenador que se evocan: World of warcraft, Halo etcétera. La película ya presenta en dos días dos demandas por plagio y uno puede entender por qué Spielberg la compara con la Guerra de las Galaxias; la mística simplona sobre La fuerza corresponde aquí con la creencia en la Diosa madre de la New Age californiana. Seguramente originará una legión de frikis, como es lógico esperar de recetario tan comercial, porque tiene todos los elementos para ello, incluso la épica al estilo de la citada Star Wars o El señor de los anillos.

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