Eso es lo que apasiona ahora a los científicos, o más bien a los hijoputas de los periodistas; la verdad, me interesaría más conocer de qué murió otro niño, un niño de Etiopía, que también es africano; seguro que de hambre, o de una de esas enfermedades raras sobre las que no hay financiación para estudiar, porque son propias de los países pobres, o incluso de lo mismo que el faraón, de malaria, pese a lo cual el rey niño preocupará más que el simple niño; o de qué murió una niña sometida a ablación, o de qué murió un niño tutsi, o de qué murió un niño en Somalia o el Yemen, donde tantos tiros se disparan sin destino.
Le tienen mucho cariño a las momias, sobre todo esos canales documentales norteamericanos donde tantos programas se producen (sospechosamente) sobre armas, aviones, barcos y guerras, sin duda para venderlas y promocionarlas. Bien está hacer un documental sobre el faraón niño, bien está descubrir que haya muerto de malaria, pero, ¿por qué no mencionar que la malaria sigue haciendo estragos en la actualidad y muy pocos están interesados en combatirla? ¿Por qué no se hace ver ese punto de vista con apoyo en la momia?
Ya lo sé, muchos dirán: "¿Qué sentido tiene decir esto? Tú eres uno, ellos muchos, y además no te leerán, y mucho menos te harán caso." Yo contestaría que se leyeran el Don Quijote; Alonso Quijano no cambió nada de este mundo, porque en este mundo no hay héroes; pero si no hay héroes en este mundo, porque mueren, sí es verdad que existe el heroísmo, y el heroísmo no lo hace un quijote cualquiera, sino muchos. Soy uno de tantos, pero si somos muchos más, y si poco a poco nos vamos convenciendo de ello y convenciendo a los demás, ya no seremos quijotes, sino toda una orden de caballería andante e incluso rodante, es más, un pacífico ejército de convicción; en este mundo que tanto idolatra el número, no es eso de despreciar... Quién sabe, incluso podríamos salirnos en todo o en parte con la nuestra, aunque no con la mía. La nobleza sería algo tan común como el poco común sentido de Sancho Panza, y la villanía sólo sería cuestión de unos pocos, aunque fieros, gigantes corporatones, corporaciones y corporativos.
Le tienen mucho cariño a las momias, sobre todo esos canales documentales norteamericanos donde tantos programas se producen (sospechosamente) sobre armas, aviones, barcos y guerras, sin duda para venderlas y promocionarlas. Bien está hacer un documental sobre el faraón niño, bien está descubrir que haya muerto de malaria, pero, ¿por qué no mencionar que la malaria sigue haciendo estragos en la actualidad y muy pocos están interesados en combatirla? ¿Por qué no se hace ver ese punto de vista con apoyo en la momia?
Ya lo sé, muchos dirán: "¿Qué sentido tiene decir esto? Tú eres uno, ellos muchos, y además no te leerán, y mucho menos te harán caso." Yo contestaría que se leyeran el Don Quijote; Alonso Quijano no cambió nada de este mundo, porque en este mundo no hay héroes; pero si no hay héroes en este mundo, porque mueren, sí es verdad que existe el heroísmo, y el heroísmo no lo hace un quijote cualquiera, sino muchos. Soy uno de tantos, pero si somos muchos más, y si poco a poco nos vamos convenciendo de ello y convenciendo a los demás, ya no seremos quijotes, sino toda una orden de caballería andante e incluso rodante, es más, un pacífico ejército de convicción; en este mundo que tanto idolatra el número, no es eso de despreciar... Quién sabe, incluso podríamos salirnos en todo o en parte con la nuestra, aunque no con la mía. La nobleza sería algo tan común como el poco común sentido de Sancho Panza, y la villanía sólo sería cuestión de unos pocos, aunque fieros, gigantes corporatones, corporaciones y corporativos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario