Grotesca ambición la mía, pero ya no hay remedio. Tengo redactado el capítulo del siglo XIX y he empezado a elaborar el borrador del consagrado a la Edad Media. No tengo prisa, porque me lo he tomado como un entretenimiento; como soy pionero en este trabajo, voy a proceder con rigor en lo necesario, pero mi propósito es no aburrir al lector y embutir pasajes significativos de los textos tratados, de forma que pueda leerse también como una antología de una literatura viva. Tendré que leer mucho, incluso obras de difícil adquisición, pero gran parte de esa dificultad la he allanado ya con la biblioteca que me rodea y sobre todo con la biblioteca virtual de Castilla-La Mancha y mis conexiones en Internet. Como es natural, cualquier colaborador está invitado a ayudarme; trabajo muy deprisa, porque he estado preparándome para esta tarea a conciencia desde hace bastante, tomando muchas notas.No me mueve sólo la afición: creo que una obra como esta podría venderse bastante bien, aunque sólo sea por lo chauvinistas que son los manchegos, aunque creo que se llevarán un chasco, si lo que pretendían es soplar su velamen nacionalista y mirarse infantilmente el ombligo; mis criterios son muy fríos, aunque también muy literarios; me preocupa la amenidad y los voy sorprender sacándoles una Mancha muy oscura, muy angustiada y muy universal que no conocen tanto como ellos creían.
De momento estoy acabando el borrador de la poesía medieval. Seguiré con el de la prosa y con el del teatro.
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