martes, 13 de abril de 2010

El valor subversivo de la bondad

En una época tan desencantada y amarga, hay que reivindicar el papel subversivo y maravilloso de la bondad. La bondad es la única cosa absolutamente gratis que hay en el mundo, de ahí su práctica invisibilidad; la publicidad se encarga de pervertirla por todas las rendijas de la aparatosa y manipuladora información. Observad, por ejemplo, cómo se ataca a toda forma de inocencia, qué importancia se le da en los medios informativos a los delitos contra la misma, en vez de proclamar e informar sobre su intrínseco valor, en vez de personalizarla. Esto provoca un efecto terrible: el de que, cuando la bondad se produce, no la sepamos reconocer y la rechacemos como falsa o como imposible o que, sencillamente, no la veamos entre tanta promiscuidad de copia adulterada. La empatía compartida, la bondad tiene siempre una cara propia de persona, y no de personal. Es cierto que se dice "inocencia", pero no se describe en qué consiste sino por términos negativos. Hay que redescubrir esa flor tan rara, aunque nos falte vocabulario para hacerlo, ya que, como Marina se ha encargado de hacer notar, el léxico de lo negativo es mucho más usado y abundante que el que se refiere al de lo positivo. El aire intelectual de una época lo dan sus palabras; podría decirse que esta es la época del nihilismo, y que hay que fundar una época de valores cimentada sobre personas que den ejemplo... si las hay, porque, si no, habrá que empezar a hacerlas, empezando por uno mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario