lunes, 19 de abril de 2010

Notas bibliográficas. Francisco de Paula Mellado, Félix Mejía.

Me he topado sin querer con otra información sobre el enigmático F. de P. Mellado, primer editor de una enciclopedia digna de ese nombre en español y del que ya escribí una penosa (a causa de la falta de datos) aunque extensa biobibliografía para la Wikipedia; resulta que es el autor de un drama representado en 1822 en el Coliseo del Príncipe de Madrid, El triunfo de la Constitución, que promovió Antonio González, venerable de la torre tercera de la Comunería y director de dicho teatro, según documenta la entrada de este último en el DBTL. Es, pues, su primera obra conocida, pero, como ya no escribo wikis, este dato tendrá que cobijarse aquí con nombre propio.

Por fin he conseguido una edición de las obras mayores de Mejía en Filadelfia; Vida de Fernando VII; la he podido sufragar gracias al bajo precio que tenía en una librería mexicana y a su estado algo depauperado (los lomos están casi desprendidas y la encuadernación muy fatigada), pero aun así me ha costado casi cien euros. En la Entretela eletrónica figura a texto completo, por supuesto, pero la real gana bibliófila no entiende de esta clase de ectoplasmas, y facilita mucho una edición que infame como se debe a este puñetero tirano. Ejemplares más recios cuestan hasta el quíntuple en los catálogos; es lo que tienen las primeras ediciones, que siempre están más cuidadas que las ulteriores. Hubiera preferido la de los Retratos políticos, que tuve oportunidad de ojear en Madrid, en casa del amigo Raúl Morodo, a quien tengo abandonado, por cierto; me dijo que la compró en Chile. Son hermosas las láminas grabadas, en particular la de Humpreys sobre disegno o dibujo de Smirke "Inquisición en España, o Fernando 7.º que es lo mismo": una señorita muy clásica ella, pero jamona y con cara de muy mala leche, que ostenta un rosario al cuello y porta en alto una tea en la izquierda y un crucifijo en la derecha; se cubre hasta los pechos con una túnica negra y la sigue una masa fanática, frailuna y vociferante que recuerda vagamente el tizne de las pinturas negras de Goya; en primer plano hay un poste clavado con leños de hoguera en el suelo al que están atados tres desdichados en paños menores a punto de ser quemados; el humo blanco del fuego luce por detrás y destaca como una mancha luminosa sobre la atmóstera tenebrosa de la noche. Sobrevuela la escena un ave algo imprecisa y alegórica que, a juzgar por su largo cuello, debe ser un buitre. Las firmas están abajo, pero en una letra tan diminuta para mi cansada vista que he tenido que empuñar la lupa para leerlas. El lema es de Horacio: Quidquid delirant reges plectuntur Aquivi. La (muy libre) traducción que la sigue tiene desde luego mala baba: "Las lágrimas del pueblo hacen los goces / de los reyes, que gozan sólo entonces". Es mejor la literal: "Los aqueos/griegos costean el delirio de sus reyes" o, más a la pata llana, que "pobres pagan despilfarro a ricos". El equivalente refrán italiano pega más duro, aunque, como es lógico entre italianos, más meapilas: De peccati de signori fanno penitenza i poveri. La edición carece de marcas de tejuelo, números o sellos de biblioteca, así que parece particular, aunque sus sufridos lomos, en pasta española, están marcados por dos latigazos paralelos de hierro de estantería. Para estar tan fatigada, es extraño que no tenga anotaciones. Una pequeña mancha interior parece de sangre.

1 comentario:

  1. Tu blog me ha parecido muy interesante, te he enlazado al mío: galvanoplastias.blogspot.com, lo seguiré leyendo, saludos cordiales Roberto Farona

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