El amigo Javier Lumbreras me ha descubierto la psicología humanista gestalt, pero en este lugar, que yo sepa, nadie la enseña o la practica, a pesar de su utilidad para mejorar la vida de la gente (ya que la existencia de personas normales es un mito) y su entorno cercano y hacer que la gente se soporte y viva de verdad la vida. Mirando por ahí he visto dos buenos portales sobre Psicología gestalt, este y este otro. Yo creo que mi pasión dominante, como bien me dijo Lumbreras, dentro del eneagrama, está entre la cuatro y la cinco, pero más en la cuatro que en la cinco, porque la cinco es la que yo quiero tener y la cuatro la que tengo en realidad. El cuatro es un romántico que se pasa el tiempo deseando quimeras, desea lo que ha perdido o nunca tuvo y no para de imaginar. El cinco es alguien que no desea, sino que logra entender todo, lo reconstruye dentro de sí y se lo explica.
El uno es el voluntarioso o perfeccionista; el dos el pródigo o altruista; el tres el trabajador o ejecutante; el cuatro el insatisfecho o romántico; el quinto el aislado, desapegado u observador; el sexto el mandado o soldado; el séptimo el epicúreo; el octavo el autoritario o jefe; el noveno el irresoluto o mediador.
La mejor terapia gestalt es la que se hace en grupo. Las preguntas más frecuentes son ¿de qué tienes conciencia, de qué te das cuenta, a qué le tienes miedo, qué estás evitando ahora? O bien ¿a quién le estás diciendo eso?, con el fin de reparar en la diferencia entre lo que se dice realmente y lo que se oculta y apercibir la falsedad de la mayor parte de las nuestras comunicaciones . Se busca tomar conciencia de la diferencia hay entre hablar a alguien y expresarse delante de ese alguien, no no expresamos ante la gente que evitamos. En Gestalt está prohibido decir "no puedo", hay que traducirlo por "no quiero" y ser asertivo. Hay que asumirse en el aquí y el ahora.
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