lunes, 13 de diciembre de 2010

De médicos

Sólo voy a un banquete si se ponen tan pesados que no puedo negarme; sólo compro lotería si estoy acorralado y con la espada al cuello; esto último me parece la estupidez más grande del mundo. Para eso ingresad ese dinero en Cáritas, que hasta te dan las gracias. Pero voy a lo que iba: he ido en ayunas a que me hagan un tac; esto del tac es una tomografía axial computerizada, o sea, algo que se hace con las tic. El hospital general ciudarrealeño tiene un plano curioso de medialuna, con silueta de dentadura postiza mellada. Me hicieron desnudar y dejé la medalla de San Benito colgada. Inyectado el contraste en el brazo derecho y conteniendo el aliento, me hicieron pasar por el aro, una especie de centrifugadora que daba calorcito, más o menos por mi zona ecuatorial, tirando hacia el Trópico de Cáncer, porque la aorta, esa M-30 de mí mismo, era lo que les interesaba. Luego me despidieron amablemente, no sin olvidarme a San Benito, cuya falta sólo aprecié estando ya en la consulta del Centro de Salud. Era antigua, y tuvimos que venir por San Benito a la tarde; suerte que lo encontraron y lo guardaron. Dios se lo pague.

Tomé asiento para el desayuno con vistas a unas piernas formidables; la generosa propietaria era una rubita tan minúscula como su falda, pero que no correspondía mal a piernas tan ejemplares. Parecía hasta simpática, con esa coleta estilo cebolla. Luego, al centro de salud, a preguntar por qué tengo hemorragia en ambos pies. ¿Comienzo de diabetes?

1 comentario:

  1. Il semble que vous soyez un expert dans ce domaine, vos remarques sont tres interessantes, merci.

    - Daniel

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