El miércoles pasado ejecutaron en Irán a un hombre que decía ser Dios y tenía varios discípulos. Se llamaba Abdolreza Gharabat y la mayoría de sus seguidores eran jóvenes de la provincia de Juzestán. Hace dos mil años creo que hicieron lo mismo con un tal Jesús, de oscuros orígenes, hombre (o Dios, como conjetura una antiquísima traducción siria de las Antigüedades judías de Flavio Josefo) admirable y que se hacía querer, formado entre los Esenios y discípulo de Juan el Bautista. Según ciertas dudosas genealogías, descendía de David.
¿Quién nos dice que este Abdolreza no es Jesús, es la Parusía o Apocalipsis y ha vuelto a la tierra para ser de nuevo ejecutado, esta vez en una horca? ¿No pasó este Abdolreza tan desapercibido como en su tiempo el mismo Jesús? Esto da que pensar. Quizá, como quieren los unitarios, Jesús fue un gran filósofo y todos los que lo imitan son un poco como él, incluso este Abdolreza de quien tan poco se ha hablado.
Una idea para una película laica. ¿Qué quedaría de Jesucristo y de su iglesia si no hubiese sido sacrificado? ¿Si Pilatos considerase necesario absolver a Jesús y a Barrabás o se conformase con una multa? ¿Si el pueblo no quisiera tirarle la primera piedra ni clavarle el primer clavo? ¿Si fariseos y saduceos pasaran y se desentendieran de Él, porque, después de todo, qué más les daba?
No hay comentarios:
Publicar un comentario