Dice la Biblia que "es infinito el número de los necios". De ello se concluye que todos somos estúpidos y sólo nos cabe ser un poco menos estúpidos que cuando empezamos. Las leyes de la estupidez según Cipolla parecen axiomas del principio general formulado en la Biblia. El colega Rafael Robles, muy cabreado porque una serie de estúpidos han destrozado el huerto escolar de su instituto, aduce también el llamado Efecto Lucifer. Los hombres más peligrosos son siempre los que más perfectos se creen, en especial los líderes no democráticos y cualquier tipo de optimistas gilipollas, en realidad narcisistas irredentos o paranoicos con delirio de magnitudes.
1. Siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación.
2. La probabilidad de que una persona dada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica propia de dicha persona.
3. Una persona es estúpida si causa daño a otras personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o, incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso.
4. Las personas no-estúpidas siempre subestiman el potencial dañino de la gente estúpida; constantemente olvidan que en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier circunstancia, asociarse con individuos estúpidos constituye invariablemente un error costoso.
5. Una persona estúpida es el tipo de persona más peligrosa que puede existir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario