martes, 5 de abril de 2011

Novedades ortográficas

La nueva Ortografía de la RAE obliga a que los monosílabos con diptongo pierdan la tilde, como es el caso de las palabras guion [guión], truhan [truhán], fie [fié], lie [lie] o bien hui [huí].

En el caso de voces de otras lenguas (extranjerismos o latinismos), la RAE da un giro y toma como norma la pronunciación frente a la escritura. Así, cuando dichas palabras sean notorias y no tengan su réplica en español, la Academia opta por que se emule su fonética, no su forma escrita, y que se eliminen las letras que no se pronuncien.

Autoriza, por tanto, yudo, sexi, pero con salvedades mánager, por ejemplo. Los vocablos ingleses acabados en y (ahora se pronuncia “ye”) deberán cambiar su terminación a i latina: ferri, panti, poni. El sufijo inglés del gerundio (-ing) también pierde la letra g para que se adapten vocablos al español, como cáterin, pirsin, campin.

Lo que sí es cierto es que la RAE ha dado marcha atrás en otros puntos ortográficos polémicos. Había anunciado que solo perdiera de manera obligatoria la tilde en una de sus dos acepciones. Sin embargo, con el nuevo tratado ortográfico esta obligación se queda en recomendación.

La RAE aconseja que el adverbio sólo (ver evolución en el catálogo de Google Books superior) suprima la tilde para diferenciarlo del adjetivo solo, que expresaba soledad. Antes sí era obligatoria la tilde diacrítica, ahora es potestativa y la Academia da un consejo, no una orden taxativa: que se elimine. Los editores deben estar, en este aspecto, tranquilos.

“Las posibles ambigüedades son resueltas casi siempre por el propio contexto comunicativo”, explica ahora el nuevo tratado ortográfico.

Tampoco ahora deberían, como potestad del que escribe, acentuarse los pronombres demostrativos esteese, etcétera, que antes contaban con tilde para diferenciarlos de los determinantes demostrativos (este niño come mal / éste come mal).

La RAE, además, elimina la tilde en los casos de la conjunción disyuntiva o cuando separaba a dos cifras (2 ó3), pero esta vez de manera obligatoria: 2 o 3.

En el caso del uso de las mayúsculas, los títulos nobiliarios, cargos, empleos, tratamientos, etcétera, estos usos deberan escribirse con minúsculas (majestad, defensor del Pueblo, presidente del Gobierno, doctor, …). El nuevo dictamen también ordena que las calles y espacios urbanos carezcan de mayúsculas y se escriban en minúscula (calle, avenida, plaza, etcétera).

El supuesto más gravoso para las editoriales, quizás sea el de los tratamientos de respeto, como señor, don o doña. “Todos ellos son nombres comunes, por lo que no hay razón lingüística para escribirlos con mayúscula”, dice la nueva Ortografía de la lengua española. Ahora, por tanto, deberán ponerse en minúsculas. Por ejemplo:Don Mendo, ahora se debe escribir así: don Mendo.

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