sábado, 7 de mayo de 2011

Antonio Calvo, pobre hombre.

Era profesor de español en Princeton, salido de un pueblecito leonés y exclusivamente entregado a sus alumnos, pero casi nada dedicado a la investigación, algo peligroso en un puesto como el suyo, que no mide la entrega; la dedicación al ser humano es peligrosa en este tipo de mundo, calado hasta lo último por el bullying, porque la gente que posee el don de la empatía es incapaz de soportar emocionalmente la crítica y ellos, que tanto ayudan a todos (resulta conmovedor esa línea de su nota de suicidio que pide no se lo digan a su padre -un fervoroso católico campesino castellano de setenta años-), carecen de los reflejos de pedir ayuda cuando padecen un problema serio; su carencia de egoísmo y su total extraversión de jericós les hace imposible vestirse de muros, laberintos y anticuerpos y ser víctimas de lo más duro, inclemente y negativo de la sociedad; en Estados Unidos hay que querer y saber defenderse de ese mobbing


Por todos los demás son vistos como una roca en que amarrarse y apoyarse, son magníficos ayudantes de todos, pero ellos, ¿en qué se amarran y apoyan? Eso es lo que le pasó al pobre compatriota Antonio Calvo, víctima además de la presión contra los gays que existe en las altas capas de la sociedad cacadémica estadounidense. Obsérvese, por ejemplo, a su jefa, Gabriela Nouzailles, una bienparida pija agentina de cuidado con el coco comido por Lacan, o a la rectora de Prínceton, una bióloga molecular famosa por ser la primera mujer rectora de su universidad que, además, pertenece al consejo privado de Google; Tilghman está acostumbrada a tratar con conceptos, pero no con sentimientos, y es también una vieja trepa incapaz de ponerse en el lugar de nadie, ni siquiera de su marido, del que se divorció; esa workadict sí que tenía ego, al contrario que ese otro workadict, pero del trato humano, Calvo. Los alumnos se han sublevado en Princeton contra ese modo de ser, pero en Princeton hay miedo y hay egoísmo y los que pueden, que pueden porque son miedosos y egoístas, prefieren los rumores a la cruda y desagradable verdad y se niegan siquiera a hacer una investigación que deje bien claros quiénes son miedosos y egoístas. La carencia de contratos fijos y de baremos objetivos destroza a personas solidarias y exigentes como Antonio Calvo y sólo deja hipócritas y gilipollas trepadores agarrados a la liga de la hiedra, o esa desagradable Shirley Tilghman.

2 comentarios:

  1. amigo Romera, si eso ocurre en USA, supuestamente el primer país del Imperio supuestamente civilizado, ni quiero pensar qué ocurrirá aquí en nuestro país

    ResponderEliminar
  2. roberto farona, nose los años que tienes ni nada de ti, yo soy joven tengo poca idea de todo, pero como te atreves a decir que estados unidos es el primer pais del imperio suspuestamente civilizado? alli son unos dictadores, lo que dicen los pobres tontos de los estadounidenses se lo creen, y hacen lo que les da la gana como y cuando les interesa, si no mira el historial de todas las mierdas ya sean nacionales o internacionales donde ha estado metido estados unidos, no hay mas que mentiras egoismo. A mi me daria miedo vivir alli, y te lo digo de verdad, mira el historial de estados unidos puede que descubras cosas empezando por la pelicula JFK y comparala con bin laden :) y respeto antonio calvo es más de lo mismo no fue provocado, pero todo va relacionado con la mala imagen.... un saludo :)

    ResponderEliminar