viernes, 9 de septiembre de 2011

De la Garduña toledana a la Autonomía toledana

¿A quién puede interesarle conocer el patrimonio de esos bandoleros llamados diputados y senadores, a los que más bien cabría llamar publicistas o marmolillos? ¿A quién quieren engañar? Son como el espantajo del soneto de Quevedo, lleno de trapos y fajina. Más querría conocer el de sus esposas, hijos, primos, cuñados, amantes y amiguetes, sus obras de arte "regaladas", sus visitas a Suiza y su patrimonio indirecto de saco y talego. Recuerdo un tal Juan Guerra que salió absolutamente absuelto de todos los cargos que le achacaban. Recuerdo un tal Roldán que iba para ministro del Interior. Y los del otro partido iban y vuelven del sastre una barbaridad: my tailor is rich. No sabía que los hombres podían vestir de visón, chinchilla y otros zorrastrones árticos. Sí, en España hay notorios ejemplos de gente que se ha hecho rica trabajando, alguno tiene que haber, ¿no? Por lo menos trabajadoras del sexo. Con la clase media más mediocre de Europa, qué podemos esperar... Aquí una idea se apaga antes de que salte la chispa. Gente que no valora ni siquiera la educación, la ortografía, la honestidad... Eso de mirar la renta de un diputado, cuando lo primero que hacen es cobrar en oscuro o en especie para evitar a Hacienda raya en lo memo o en lo ciego; La justicia haría bien en recuperar la vista, ya que cuando se les coge es por "cohecho impropio", una denominación muy elegante que podría figurar en el Guzmán de Alfarache; no veas cuántas maneras hay de hacer dolo y malversar caudales públicos; ni rusos ni italianos podrían enseñar algo a quienes remontan su picaresca del siglo XIV, de La Garduña, para más señas, la primera mafia constituida en Europa y en Toledo, capital de Castilla-La Mancha, para más señas; la exportamos a Nápoles cuando aquella región y las Españas las gobernaba un mismo rey y de ahí vienen la Mafia, la Camorra, la N'Dranghetta y la Sacra Corona Unita, entre otras, y sus conexiones y coberturas políticas. Qué fértil es la raíz manchega de la criminalidad. De hecho, si tomamos un partido político cualquiera, podemos ver reproducido en él la misma estructura de la Garduña: la superestructura, que serían los bancos; el Hermano Mayor o Gran Maestre, un personaje de alta condición social que maneja los hilos y tiene a sus órdenes diversos capataces (uno por cada ciudad). Cada capataz dirige a dos tipos distintos de malhechores: los punteadores (principalmente asesinos o matones) y los floreadores (principalmente ladrones). Por debajo de cada uno de estos punteadores o floreadores están los postulantes, que los ayudan, recaudan las contribuciones y esperan alcanzar la posición de punteador o floreador. Y, por último, están los fuelles o aprendices, de los cuales hay diversos tipos: soplones, chivatos, coberteras y sirenas. ¡Bah! No me voy a molestar en explicar cómo se calca esta estructura en el caciquismo canovista del XIX y en el autonomista del XX, que ahora se reparten Crackman y Shoemaker. Hay más ladrones robando los bancos desde dentro que desde fuera. En tierras de bandoleros como esta, desde tiempos romanos, el Solitario habría hecho bien en asociarse con esas bandas de creativos publicitarios para poder ganarse su poquito de impunidad dizque democrática.

1 comentario:

  1. Magnífico, Ángel. Me encanta la erudición al servicio de la crítica social. Estupenda esa alegoría implícita, casi término a término, entre la estructura mafiosa de la Garduña y la de los partidos políticos. Felicidades por la ocurrencia.

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