domingo, 4 de septiembre de 2011

Reformas constitucionales

Es increíble lo que hacen estos polìticos de [...] Ahora resulta que quieren reformar la Constitución sin contar con ninguna otra persona que con Merkel y los bancos en cuyos consejos de administración van a reposar sus posaderas después de haber saqueado las instituciones y corrompido todo lo corrompible. Para mandarlos al [...] , sobre todo porque antes que reformar la Constitución en eso habría que reformarla en muchas otras cosas, empezando por ese senado ridículo y esas autonomías del copón, y aun volver a una Constitución federal como la Suiza en cantones o como la Primera república y dejarnos de estupideces caras, como la Monarquía, porque un presidente (o ninguno) sale más barato y porque la historia, si enseña algo, es que los reyes pueden irse a la [...]. Sin embargo, no puede decirse, con la Biblia, "es abominación", porque quien haya leído algo de historia económica de España conocerá que el déficit crónico del estado, casi más antiguo que la misma España, ha imposibilitado muchas reformas, tanto las posibles como las necesarias, que hubieran evitado males mayores. Sólo una vez en la historia, a la muerte de Fernando VI, hubo superávit, que pronto dejó en quiebra con sus tímidas reformas ilustradas y guerras el pródigo Carlos III, que tuvo de gloria lo que pudo hacer gracias a que pudo hacerlo, precisamente, por las economías de su mochales predecesor, que tal vez por loco acertó en lo que los cuerdos no daban una; aquí hacía falta una Ilustración a la brava, como la de Pombal en Portugal, que mandó a la cárcel a tres mil nobles y a hacer puñetas a todos los eclesiásticos ruidosos, incluidos los jesuitas, antes que el propio Carlitos, quien, para tener como tuvo de hijo a un rebeco de veinte puntas como era Carlos IV, bien podía haberse hecho esterilizar.

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