Emilio García, "La ley del embudo", El País, 27/12/2011
Resulta evidente que al presidente de la CEOE, Juan Rosell, le ha sentado bien la victoria del Partido Popular. Se le ve cómodo, satisfecho, locuaz, incluso diría que dicharachero. Habla con franqueza, sin necesidad de medir lo que dice, sin tapujos. Y así nos estamos enterando, de forma muy directa, de las pretensiones de la patronal española. Empezó con los minijobs, los minitrabajos de 400 euros como una de las soluciones al paro juvenil. Señor Rosell, contratos basura es justo lo que en este país no nos falta, los tenemos de todos los tipos y colores, incluso se trabaja sin cobrar, ¿le parece poco minijob eso? Y aun así crece el paro juvenil.
Luego vinieron los funcionarios, a los que hay que poder despedir pues sobran muchos. No habría estado de más que hubiese concretado dónde sobran. ¿En la educación? ¿En la sanidad?
Intenté buscar en sus declaraciones alguna alusión a los empresarios que sobran, mejor dicho que desfalcan, como los gestores de NovaCaixaGalicia o de la Caja del Mediterráneo. Pero no lo encontré. Los cientos de millones que se han llevado después de arruinar sus empresas merecerían un comentario del presidente de la patronal. Y, por último, la congelación salarial hasta 2015. ¿Congelación también del sueldo de los ejecutivos? ¿Congelación de los beneficios empresariales?
Se habla mucho de la importancia de una reforma laboral en España, pero lo que este país necesita es una profunda reforma empresarial.
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