martes, 31 de enero de 2012
Actas judiciales con faltas de ortografía
Carlos me remite este artículo que me apresuro a copiar. En los tiempos de la ESO, hasta los logotipos tienen faltas de ortografía y no menos los jurados populares, llenos de antiguos alumnos. Para muestra no valdrá un botón, porque la situación ya es irremediable:
Marisol Hernández "Un jurado con faltas de ortografía. El acta del jurado popular del 'caso Camps' no superaría un examen de la ESO. Faltan tildes y signos de puntuación, inventan palabras y no hay concordancia" El Mundo, 27/01/2012
El «Acta de Votación del Jurado» del juicio de Camps no superaría un examen de ortografía de la ESO. Ya en la primera frase el texto avisa de que «el jurado, a deliberado», y eso es sólo el aperitivo de 16 folios plagados de faltas de concordancia, mala puntuación, palabras con errores y ausencia de tildes.
Dos frases ayudan a evaluar el nivel de redacción del autor del acta que declaró a Camps y Costa no culpables. Al referirse a los elementos de convicción, se afirma que «los supuestos regalos no han quedado demostrados que se les hallan pagado a los acusados, mediante el informe pericial que tambien afirma esta conclusion».
Más adelante, el texto defiende que Costa «no recibio prenda alguna en consideración a su cargo, basandonos en las declaraciones de los funcionarios de conselleria en la cual, todos coinciden que no tenian influencia alguna en materia de contratación».
El texto insiste en no colocar tildes allí donde corresponde. No aparecen ni en palabras agudas («ningun», «segun»,...), ni en monosílabos («mas», «si que hemos tenido en cuenta»), ni en palabras esdrújulas. El error se repite incluso en nombres y apellidos como «Jordan» o «Jose Tomas».
De los errores en la redacción de palabras, el más repetido es el que tiene que ver con la confusión de la letra b por la v. Se inventan así palabras como «faborable» o «tubiera» y surgen los «tikets».
El autor del acta consiente en retirar la mayúscula de palabras que deben utilizarla, como sucede al referirse a la «fiscalia» (sin tilde), la «generalitat» o el nombre de una de las tiendas mencionadas en todo el proceso, que pasa a ser «forever young». En cambio, se escribe «Donde» dentro de un paréntesis en mitad de una frase.
La redacción es reiterativa y parece apresurada («no tienia»). Por eso son tan habituales las faltas de concordancia. Según el jurado, «nos basamos en las contradicciones de las dencaraciones de D. Jose Tomas [...] que entran en contradiccion por lo tanto, al haber duda, aplicamos la condicion más favorable tal y como estable la ley, para los acusados».
Más adelante, el texto dice que los informes de los peritos «coinciden en que no se pueden relacionar al 100% que la documentación acredita los pagos». Y en su última página aclara que «no han ocurrido incidencias» en la deliberación.
Una de las cuestiones más llamativas es que muchos errores aparecen corregidos en el propio texto, lo que hace pensar en una revisión ortográfica de urgencia.
El jurado estaba compuesto por nueve personas, seis hombres (cuatro de ellos de menos de 35 años y los otros dos en torno a los 45 años) y tres mujeres (dos en torno a los 50 años y una de menos de 35 años). Asistentes al juicio coincidieron en destacar que los dos hombres que superaban la cuarentena se singularizaron por prestar más atención a las defensas que a las acusaciones, y uno de ellos se habría convertido finalmente en el portavoz del jurado. No es posible conocer quién redactó el acta.
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