Pocos sabrán que Andorra tuvo una vez un rey en vez de dos copríncipes. Fue un espía lituanorruso, Borís Skósyrev, al que dejaron reinar, con apoyo de todos los representantes de los andorranos, convencidos de sus ambiciosos planes (a semejanza de lo que había ocurrido en Mónaco, Liechtenstein, San Marino o Luxemburgo, los restantes principados europeos, paraísos fiscales donde los impuestos eran casi inexistentes o sensiblemente reducidos, el forastero se comprometía a convertir Andorra en uno de los centros empresariales más importantes del mundo, donde bancos, entidades financieras y compañías internacionales no tardarían en instalar su domicilio social, aprovechándose del régimen fiscal) apenas diez días, entre el 7 y el 17 de julio de 1934, hasta que el obispo de Seo de Urgel lo mandó a la frontera entre dos gendarmes. A cambio de esos planes, Borís I sólo había pedido ser rey constitucional de Andorra.
No sé. ¿y si hiciéramos lo mismo en España? ¿Si saliéramos de la ONU, de la OTAN, de la UE, y nos hiciésemos un estado a la manera de Suiza, paraíso fiscal de primera clase? ¿No nos iría a todos un poco menos mal?
Busquemos al nieto de Borís I y propongámoslo for president.
(Es una broma. ¿O no?)
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