Miran las épocas.
Los griegos miraban la Acrópolis.
Los romanos, el Coliseo.
Los medievales, una muralla.
Los renacentistas, un punto de fuga.
Los barrocos, el horizonte de un decorado teatral.
Los neoclásicos, una Enciclopedia.
Los románticos, de espaldas, el crepúsculo.
Los realistas, la Gaceta.
El siglo XX, una alambrada.
El siglo XXI, una pantalla.
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