La crisis económica ha disparado el número de jóvenes en España que ni estudian ni trabajan, englobados bajo el apelativo de Generación nini. El 23,7% de los españoles de entre 15 y 29 años se encontraban en esta situación en 2010, según recoge el informe Panorama de la Educación 2012 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) publicado hoy. Se trata del país europeo con el porcentaje más alto, casi ocho puntos por encima de la media de los países desarrollados (15,8%) y siete puntos más alto que en 2008. Si nos fijamos solo en la franja de 25 a 29 años, la cifra llega al 29%.
Cada uno de esos jóvenes a los que se les ha colgado la etiqueta de nini, unos 1,9 millones de personas, son la encarnación de un cúmulo de defectos en el sistema productivo y educativo. Por un lado, se trata de un sector productivo muy dependiente de los servicios y la construcción en la última década, con poca oferta para titulados superiores y mucho empleo no cualificado. Y, por otro, de una escuela que no pudo retener a un alto porcentaje de jóvenes en época de bonanza (el abandono temprano ha rondado el 30% la última década, aunque bajó en 2011 al 26,5%) y ahora no es capaz de recuperarlos cuando esos jóvenes han pasado masivamente a las listas del paro.
“En este momento el acceso al mercado laboral es muy complicado y, además, el reenganche en el sistema educativo tampoco es fácil, bien porque aquellos que lo abandonaron prematuramente no desean volver a él, o bien por la escasa relevancia de los programas de segunda oportunidad”, dice el profesor de la Universidad de Vigo Alberto Vaquero. Las escuelas de adultos están saturadas en muchos puntos de España y la oferta de FP no da más de sí: ha crecido en 127.000 alumnos en los últimos tres cursos y “unos 80.000 jóvenes se van a quedar sin la plaza solicitada”, dijo ayer el responsable de Educación de CC OO, José Campos.
Y con un paro general del 25% y uno juvenil de más del 50%, también se pueden encontrar entre los nini, aunque en menor medida, muchos universitarios. España es también el país con mayor tasa de desempleados entre los titulados superiores, y el segundo entre los que tienen bachillerato o FP de grado medio.
Pero, a pesar de todo, la actual edición del compendio estadístico de la OCDE (probablemente el más completo que se publica en el mundo) refleja de nuevo que, a mayor formación, más posibilidades de tener trabajo y ganar más dinero: mientras el paro de los adultos que solo estudiaron la enseñanza obligatoria ha pasado del 9% en 2007 al 24,7% en 2010; para los que tienen título universitario o de FP de grado superior ha pasado del 4,8% al 10,4%. Entre los titulados en bachillerato y FP de grado medio, del 7,16% al 17,4%. Hoy, a finales de 2012, con un desempleo que no se frena, probablemente las cifras sean otras, pero esas enormes diferencias entre tener y no tener formación serán muy parecidas.
Un mayor nivel de educación permite también reducir la brecha salarial entre géneros. Así, las mujeres que solo estudiaron la ESO ganan un 66% de los ingresos de los hombres con el mismo nivel educativo; el porcentaje sube al 68% si se ha cursado secundaria superior y alcanza el 83% entre las mujeres con educación universitaria. El sociólogo de la Universidad de Salamanca Jaime Riviere matiza en este punto que “las mujeres sin cualificación tienen empleos de muy baja calidad y muy mal pagados, por lo que es normal que cuando estudian, al entrar en mercado de trabajo menos segmentados por sexo, se encuentren en una gran situación de ventaja con respecto a las que no estudian; es decir, hay mucha más desigualdad entre las mujeres que entre los hombres”.
En todo caso, si individualmente la formación en muy rentable, también lo es socialmente: la OCDE calcula que cada euro invertido en que alguien curse educación superior revierte multiplicado por cuatro en la sociedad. Así, en un contexto de crisis internacional como el actual, el director general del organismo pidió a todos los países que no recorten y mantengan una financiación adecuada, sobre todo, al principio y al final de la cadena, en la educación infantil y en la universidad, manteniendo los precios de las matrículas en niveles razonables. “Los países necesitan una sociedad cada vez más formada para salir adelante en la economía del conocimiento. Invertir desde edades tempranas es crucial para poner las bases de un éxito posterior. Una educación y formación de gran calidad tiene que estar entre las prioridades de los Gobiernos”, ha dicho el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
En España, las matrículas universitarias están subiendo mientras las becas se reducen al endurecer los requisitos de acceso. “Creo que es muy importante el logro en infantil [la OCDE destaca que en España la mayoría de los alumnos empieza la escuela a los tres años], que ahora podría verse cuestionado por el recorte en los servicios de comedor y otros, y la supresión del programa Educa3 [para crear guarderías]”, dice el catedrático de Sociología Mariano Fernández Enguita. “Hay una evidencia contundente de que un año o un euro de diferencia en infantil producen efectos mucho más amplios que en niveles superiores, y esto es especialmente cierto para familias, comunidades y entornos en desventaja”.
La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, insistió en que los problemas de la educación en España no son de recursos, utilizan para sostener su argumento que España gastó por alumno casi 8.000 euros en 2009, por encima de la media de la OCDE y de la UE (unos 6.500). Y cree que esa diferencia era tan gran grande, que los importantes recortes que se iniciaron en 2010 y que significarán entre 10.000 y 11.000 millones de euros menos en 2015, no provocarán, el rezago de España en esa estadística. Lo mismo dice con los sueldos docentes por encima de la media en 2010 (que también se han sufrido importantes recortes en estos años) y las ratios de alumnos y profesor: también entonces por encima de la media, antes de le reducción de docentes con el aumento de alumnos.
Los sindicatos educativos Stes, Anpe, Csif, FETE-UGT y CC OO, que hoy se han reunido para anunciar movilizaciones contra la reducción de maestros este curso (unos 80.000 profesionales en la escuela pública, calcula UGT), respondieron que Gomendio no tiene credibilidad cuando dice eso. Tampoco cuando asegura que los recortes no afectarán a la calidad, afirmó José Campos.
El agujero está en la FP
El diagnóstico que hace la OCDE está meridianamente claro una vez más: España ha avanzado mucho, pero le falta el último salto cualitativo para superar el altísimo abandono escolar temprano y los flojos resultados de los alumnos en exámenes internacionales como Pisa. Entre los avances, el informe destaca que España es uno de los siete países donde el nivel educativo de su población ha crecido más: el 53% tiene al menos bachillerato o FP de grado medio; en 1997 era el 31%. También destacan la igualdad de oportunidades que presta el sistema y la movilidad educativa: el 45% de los jóvenes ha estudiado más que sus padres, frente a un 6% que tiene menos formación. "Eso que llaman 'movilidad educativa' es lógico si se piensa que la distribución de los niveles educativos ha cambiado muy rápidamente en España. Desde este punto de vista, no es que seamos una sociedad más abierta que otras, es que hemos cambiado mucho más deprisa", matiza Riviere.
Sin embargo, aunque mejora, la estadística sigue apuntando al mismo problema: pocos titulados en FP de grado medio (28% de los jóvenes sacan este título frente al 44% de la media de la UE-21), una cifra que debería engordar atrayendo a esos jóvenes que abandonan demasiado temprano el sistema. "La OCDE nos llama la atención, también, sobre el 'bajo rendimiento en secundaria', y lo hace con dos indicadores. El primero, bien conocido, es la baja proporción de títulos postobligatorios (el abandono escolar prematuro, dicho al revés), pero me parece más interesante el otro: en España se titulan en el plazo previsto el 57% de los estudiantes de secundaria superior, frente al 77% de media en la OCE; con dos años más se llega al 82%, frente al 92% en la OCDE. El problema sólo puede estar en los estudiantes, en el plan de estudios o en los docentes-evaluadores, y yo creo que para esas diferencias podemos descartar el primer factor y debemos concentrarnos en los otros dos", añade el sociólogo Fernández Enguita, quien coincide con Gomendio en que, al menos en los sueldos y las condiciones de los docentes, los actuales recortes no van a hundir la estadística comparativa con otros países en en este punto.
En todo caso, la pregunta es si la reforma que propone el Ministerio de Educación, en el actual contexto de recortes y conflictividad social, puede por fin encontrar la manera de mejorar el sistema. Justo cuando la anterior reforma, la de 2006, y la inversión sostenida de la última década estaba dando resultados, según algunos especialistas como el profesor de Granada Antonio Bolívar: “Fruto de la inversión en educación de la última década, algunas mejoras en determinados niveles educativos son altamente positivas”, asegura.
La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio insiste en que el de España no es un problema de recursos, sino de eficiencia: todo el dinero invertido, que ha sido mucho y ha costado mucho esfuerzo, no se ha traducido en mejoras equivalentes de la calidad. A esto volvió a responder José Campos señalando que una cosa es decir que hay que buscar la eficiencia para resolver problemas que pueda haber de calidad, y otra muy distinta justificar que los enormes recortes que se están produciendo no afectarán a la calidad.
En todo caso, Gomendio sostiene que “lo que ha fallado es un sistema que ha entendido que la equidad y la igualdad de oportunidades signifique que los estudiantes tengan que seguir una misma trayectoria hasta los 16 años”, y con ellos defiende su propuesta de adelantar los itinerarios hacia la FP y hacer exámenes de reválida al final de cada etapa. Gomendio ha justificado esas reválidas porque el informe de la OCDE señala que los países que tienen exámenes externos estandarizados tiene de media 16 puntos más en el informe Pisa (llegó a hacer una simulación de dónde estaría España en Pisa con 16 puntos más). Sin embargo, lo cierto es que la afirmación de la OCDE se refiere a todo tipo de exámenes estandarizados, independientemente de que tengan o no consecuencias para que los alumnos pasen de curso, es decir, como las evaluaciones nacionales de diagnóstico que ya estaban instauradas en España desde hace años.
“No veo cómo a base de reválidas se puedan incrementar los índices de secundaria superior, pues más bien se dirigen a impedir que accedan, a menos que la FP se convierta en el saco donde meter a toda la población excluida”, insiste Bolívar.
“La FP no debe ser una opción de segunda y para eso requiere recursos y personal muy cualificado”, señala por correo electrónico el director del Informe Pisa de la OCDE, Andreas Schleicher, que aboga por una formación más práctica. Aunque ayer no lo mencionó Gomendio, el Gobierno quiere poner en marcha un programa piloto de FP dual, a mitad de camino entre la escuela y la empresa.
“Todos los Gobiernos tienen en su agenda la mejora de la FP, cosa que está muy bien. El problema es que nunca vemos cómo ello se concreta”, espetó el director de la Fundación Jaume Bofill, Ismael Palacín, la semana pasada, durante la presentación de un estudio sobre la educación en Cataluña, informa Ivanna Vallespín.
Bolívar cita precisamente aquel informe para señalar: "Nuestras elevadas tasas de abandono prematuro no tienen que ver con déficits de rendimiento escolar sino con la “debilidad de las transiciones educativas”, como las tasas de fracaso escolar en la ESO". Y concluye su análisis asegurando que los datos sobre profesorado (ingresos superiores a la media, menor número de alumnos y horas semanales de clase) tal vez podrían en su día apoyar las recortes, pero en todo caso hoy los datos "ya no serían esos". "Lo único que se me ocurre es una mirada retrospectiva para preguntarse por qué con esos niveles de inversión en educación, de apoyo al profesorado, etcétera. España no logró unos mejores indicadores de resultados educativos. El modo cómo se gestiona el sistema tiene alguna respuesta en ello: la falta de autonomía a nivel de centro escolar y de liderazgo de los equipos directivos", concluye.
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