Un milagro
En 1993, el hijo de Leonard Cohen, Adam, sufre un accidente de coche y entra en coma. Los médicos dicen que podría ser irreversible. Leonard Cohen viaja a Toronto y pasa cuatro meses a su lado, en el hospital, velándole. No hacía otra cosa que sentarse a su lado y leía la Biblia para él, día tras día. Una noche, cuando se dispone a salir, escucha de repente, a su espalda, la voz de Adam: “Papá ¿me puedes leer un poco más?”.
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