martes, 12 de febrero de 2013

La Dolores

Gracias a don Pepito "¿Vio usted a mi abuelo?" Bonito, a Josmari "Gobierna como puedas" Barreda y a Dolores "Ayayayay" Glosopeda nunca ha faltado en La Mancha vinagre para hacer una buena ensalada: tan simpáticos han sido, son. Los dolores de la Dolores son porque nos hace parir, no porque paramos, que aquí hay mucho parto de los Montes de Toledo. Lo que hubiéramos necesitado no son dolores, sino los dólares que ha traído Adelson a la sucursal manchega de Madrid llamada Alcorcón, que ahora se bautizará como Adercón; más vinagrillo para rabiar. El hispanista inglés Richard Ford, que nos conocía mejor que nosotros mismos, y hasta como si nos hubiese parido, escribió que "el pueblo español siempre ha sido muy superior a sus dirigentes"; bien lo dice la receta de ensalada popular que nos copió, para la que necesitaba "un pródigo para el aceite, un tacaño para el vinagre, un asesor para la sal y un loco para revolverla". No voy a preguntar por La Dolores, que a mí me parece más bien La Bienpagá, ni me voy a ir a Calatayud, que queda lejos, pero la verdad es que la famosa jojota aragonesa le pepeta:

Por ser amiga de diversiones 
por ser alegre en su juventud 
en coplas se vio la Dolores 
la flor de Calatayud 

Y una coplilla recorrió España 
pregón de infamia de una mujer 
y el buen nombre de aquella maña 
yo tengo que defender 

(Música) 

Si vas a Calatayud,
pregunta por la Dolores, 
que un Bárcenas la mató 
de vergüenza y sinsabores. 
Di que te lo digo yo, 
el hijo de la Dolores 

(Música) 

Dice la gente de mala lengua 
que por su calle la ven pasar 
no saben su padre quién era, 
Dolores, la del cantar 

Yo la quería con amor bueno 
mas la calumnia la difamó, 
y no supo limpiar el cieno 
que la maldad le arrojó.

¡Graaa...! ¡Bah! Yo prefiero a la Lola de España (no sé muy bien qué es eso, pero ya lo veremos en otra ocasión), aquella de quien dijo Pemán

Torbellino de colores,
no hay en el mundo una flor
que el viento mueva mejor
que se mueve Lola Flores.

Por cierto, y ahora que no viene al caso, creo yo que el problema del Papa se arreglaba muy burocráticamente, nombrado un vicepapa o un papa adjunto para América latina, con lo que tendría tiempo para rezar el Rosario todo el día y nos ahorrábamos cónclave y leches; pero es lo que pasa, que el Papa es monárquico de cojones y no le gusta delegar, como tampoco al Borbón cuya dudosilla parentela asesinó a hombres tan mejores como Rafael del Riego o Juan Prim. Pero, claro, eso no es terrorismo, sino razón de estado, ahora que estamos celebrando el quinto centenario del De principatibus de Niccolò Macchiavelli. Y dejémonos ya de pitorreo, que no pretendía hacer higiene mental encima de ustedes, mancha.

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