viernes, 6 de diciembre de 2013
Doble vida
Si la belleza del mundo fuese nuestra,
cumbre o valle seríamos, o lento amanecer
donde conversan iguales las hojas y los ríos
y los pájaros vuelan sin vencerse.
Toda la belleza seríamos del mundo
en la mañana de Adán, en la inocencia.
Pero todo se nos dio mezclado con la impura
sustancia del hombre y de la niebla,
como a la piedra se le dio el escultor
para que de ella hiciera salir la mano muerta.
Por la escala de Jacob suben y bajan ángeles y bestias,
pero en el sueño impuro de este sueño
tejo luces y tinieblas
viviendo mis dos vidas verdaderas.
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