El paganismo no cuenta con diez mandamientos, sino muchos más que se contienen en los Dísticos de Catón, considerado el modelo de romano republicano perfecto; no son caprichosos, como los seiscientos de los judíos hasídicos, sino muy sensatos, y así los resume el manchego del XVIII León de Arroyal:
Leer sin entender es ignorar.
Suplica a los dioses.
Ama a tus padres.
Honra a los parientes.
Teme al maestro.
Guarda lo a ti dado.
Prepárate para el foro.
Anda con buenos.
No vayas a consulta sin ser llamado.
Ve curioso.
Saluda con agrado.
Cede al mayor, perdona al menor.
Guarda tu hacienda.
Guarda la vergüenza.
Sé cuidadoso.
Lee libros y acuérdate de lo que leas.
Cuida la familia.
Sé benigno.
No te enojes sin causa.
De ninguno burles.
No mofes del miserable.
Da prestado, pero mira a quien des.
Asiste al juicio.
Convida rara vez.
Duerme lo suficiente.
Cumple tu juramento.
Arréglate en el vino.
Pelea por la familia.
Nada creas temerariamente.
Consúltate a ti.
Consulta lo seguro.
Huye las rameras.
Sigue las letras.
Nada debes mentir.
Haz bien a buenos.
No seas maldiciente.
Conserva la reputación.
Juzga lo justo.
Vence a los padres con la paciencia.
Acuérdate del beneficio recibido.
Concurre al pretorio.
Sé prudente.
Modera la ira.
Usa de la virtud.
Juegua al trompo, pero huye los dados.
Nada hagas a arbitrio de tus fuerzas.
No menosprecies al menor que tú.
No codicies las cosas ajenas.
Ama a tu mujer.
Educa a tus hijos.
Sujétate a la ley que tú mismo pusiste.
Habla poco en el convite.
Aprende lo que sea justo.
Lleva el amor alegremente.
Suplica a los dioses.
Ama a tus padres.
Honra a los parientes.
Teme al maestro.
Guarda lo a ti dado.
Prepárate para el foro.
Anda con buenos.
No vayas a consulta sin ser llamado.
Ve curioso.
Saluda con agrado.
Cede al mayor, perdona al menor.
Guarda tu hacienda.
Guarda la vergüenza.
Sé cuidadoso.
Lee libros y acuérdate de lo que leas.
Cuida la familia.
Sé benigno.
No te enojes sin causa.
De ninguno burles.
No mofes del miserable.
Da prestado, pero mira a quien des.
Asiste al juicio.
Convida rara vez.
Duerme lo suficiente.
Cumple tu juramento.
Arréglate en el vino.
Pelea por la familia.
Nada creas temerariamente.
Consúltate a ti.
Consulta lo seguro.
Huye las rameras.
Sigue las letras.
Nada debes mentir.
Haz bien a buenos.
No seas maldiciente.
Conserva la reputación.
Juzga lo justo.
Vence a los padres con la paciencia.
Acuérdate del beneficio recibido.
Concurre al pretorio.
Sé prudente.
Modera la ira.
Usa de la virtud.
Juegua al trompo, pero huye los dados.
Nada hagas a arbitrio de tus fuerzas.
No menosprecies al menor que tú.
No codicies las cosas ajenas.
Ama a tu mujer.
Educa a tus hijos.
Sujétate a la ley que tú mismo pusiste.
Habla poco en el convite.
Aprende lo que sea justo.
Lleva el amor alegremente.
Estos mandamientos se resumen como en el Decálogo, pero no en dos, sino en tres:
Vive honestamente.
No perjudiques a otro.
A cada cual lo suyo.
(honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere).
Vive honestamente.
No perjudiques a otro.
A cada cual lo suyo.
(honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere).
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