-Tío, ¿te vienes a violar unas monjas? Me han dicho los del Pepé que tengo que hacerlo, pero hay demasiadas y no voy a poder yo solo.
-Qué va, mi mujer no me deja y, encima, tengo que organizar un soviet. ¿Es que quieres que nos llamen machistas? ¡No sabes cómo las gastan las feminazis de la izquierdona! Nos capaban...
-¿Me vas a dejar solo violando monjas? ¡Que son muy feas! ¡Ni con viagra se me erigiría el conqué!
-No, si ya... Pero la respuesta es no. Nos vemos mañana en la quema de Iglesias.
-¿Qué dices, loco? ¿Quieres que el camarada Francisco se enfade y nos mande a un gulag lleno de curitas cachondos para que nos inmatriculen el pandero?
-¡Eres único para chafarle la fiesta a uno! ¿Qué tiene de malo quemar iglesias? ¡Si hasta te lo pide la derecha, que le priva! ¡La derecha solo pide cosas buenas! ¡Son mentes puras, angélicas, ideales, pristinas, dulcinearronas como la de Tormentos Cospedorrea, que va a ir al cielo de cabeza, como Dick Cheney!
-A ver si te crees que tú tampoco fastidias. Aunque las mentes puras e ideales del PP no pueden desear nada malo, ya se encargan los curas católicos de eso según dicen los mismos católicos, pues por lo visto hay más violadores en el clero de todas las religiones que en ningún otro sector; es más, destaca el fundador de los Legionarios de Cristo, el drogadicto Marcial Maciel, tan amado (y pagado) por la derecha y que se dedicaba con evangélico entusiasmo a que los niños se acercaran a él. Eso del amor espiritual da mucho de sí: mencionemos el atractivo de Rouco Sifredi y el de un tal Josemaría, al que le priva la Botella. Pero, en fin, hay que ser como la derecha quiere que seamos, pues nada les gusta más que les den La Razón: violemos monjas.
-Que no, coño. ¿Para qué quiero yo violar monjas? ¿Qué me ha hecho a mí una monja? ¡Aprecio a las monjas! ¡Lo único que hacen es curar, cuidar y dar de comer a los nuestros, que son los pobres que van dejando los latrocinios y saqueos de los bandoleros del Pepé y las estupideces del Pesoe!
-Nuria Losada, concejal del PP por Rafelbunyol, dice que tenemos que violar monjas: es una orden.
-Valenciana tenía que ser. El poeta John Milton dice que las órdenes no obligan. Y era republicano. Lo que hay que hacer es coger a esa señorita y echarla con paella corrupta, Rita, caloret y todo a la Albufera.
-Entonces, ¿qué hacemos? Porque hay que violar monjas: nada ofrece mejor imagen de marca que el consejo de un enemigo.
-Ya tenemos la coleta del cometa. Lo que hay que hacer es juntar a los corruptos del Pepé en la cárcel (donde hacen cursillos de perfeccionamiento los ladrones) con otras hermanitas de la caridad. Su madre superiora les dará lo que les falta por donde más pecado han hasta que acaben cantando de memoria Plaisir d'amour de Berlioz mejor que un tiple o un castratum.
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