La investigación sobre la fortuna (1,4 millones de euros) amasada por el exlíder minero José Ángel Fernández Villa ha arrojado numerosos indicios que desmienten que el dinero proceda de una herencia, como sostuvo ante Hacienda el exdirigente del sindicato minero Soma-UGT. Una hermana de Fernández Villa negó tal herencia. La investigación apunta, en cambio, a que ese dinero procede en gran parte de supuestas comisiones derivadas de las obras de construcción de una residencia para mineros jubilados que sufragó íntegramente (unos 30 millones de euros) el anterior Gobierno socialista.
El exlíder sindical Fernández Villa se acogió en octubre de 2012 a la amnistía fiscal promovida por el Gobierno y regularizó 1,4 millones de euros, como adelantó EL PAÍS el pasado octubre. Hacienda desconfió de la procedencia del dinero y remitió el expediente a la Fiscalía Anticorrupción para que investigase si tenía un origen lícito. Fernández Villa señaló a Hacienda que los 1,4 millones (pagó un 10% al fisco por regularizarlo) eran parte de una herencia recibida de sus padres. Los investigadores lo han descartado: una hermana de Fernández Villa (71 años) ha declarado que sus padres eran humildes y que no hubo tal herencia.
Las pesquisas sobre el origen de esos 1,4 millones están centradas en las contratas que permitieron levantar la lujosa residencia geriátrica de Felechosa, en el municipio asturiano de Aller, destinada a mineros de la tercera edad y perteneciente al Montepío de la Minería Asturiana. En este montepío, representado por los principales sindicatos mineros, el que fuera durante 30 años líder del Soma-UGT ha tenido siempre un papel destacado. Desde el montepío se controla la citada residencia, cuyas obras se iniciaron en 2009 y concluyeron en 2012 con un aforo de 300 personas y 18.000 metros cuadrados construidos.
En la presidencia de este organismo privado, Fernández Villa colocó ocho años antes a su íntimo amigo y veterano dirigente minero José Antonio Postigo. Este, a su vez, situó de gerente de la residencia a Rolando Fernández, uno de los hijos de Fernández Villa, con un sueldo de 50.000 euros anuales y un blindaje económico en caso de despido de una anualidad. También entró a trabajar en la residencia una hija de Postigo, con idéntico blindaje. Fuentes de la investigación creen que hubo connivencia entre Fernández Villa y Postigo y han hallado indicios de sobrevaloración de las obras del geriátrico. En unas jornadas mineras en Rodiezmo (León), Fernández Villa logró arrancar del expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero la promesa de subvencionar la construcción de la residencia para mineros.
Hijos de empleados con sueldos blindados
Una hija de José Antonio Postigo (íntimo de Fernández Villa y presidente del Montepío de la Minería hasta junio de 2014) regularizó 360.000 euros en la misma fecha en que el exlíder del Soma-UGT. Postigo asegura que los 360.000 euros provienen del sueldo que cobraba su hija en la librería en la que trabajó antes de entrar en la residencia. “Lo iba guardando en casa y un día, del que me arrepiento, le sugerí que lo regularizase”, asegura Postigo, quien dice desconocer la regularización que hizo Fernández Villa.
El nuevo presidente del Montepío de la Minería, Juan José Pulgar, prescindió del hijo de Fernández Villa, Rolando Fernández, como gerente del geriátrico. Allí le había colocado Postigo. Hizo lo mismo con la hija de Postigo, que pleitea con el montepío por su despido.
La obra salió a concurso en 2009 por 27,73 millones de euros (concurrieron cinco empresas) y la adjudicación recayó finalmente en la firma Alcedos de los Caballeros, propiedad de Juan Antonio Fernández, un constructor del círculo de amistades de Postigo. No era la primera vez que Alcedo de los Caballeros resultaba adjudicataria de contratas del montepío minero asturiano. Aunque la licitación de la residencia salió por 27,73 millones, la contrata fue modificada al alza justo cuando la obra estaba acabando (la residencia fue inaugurada en 2012) y su coste se incrementó hasta 29,9 millones.
Fuentes de la investigación están convencidas de que gran parte de los 1,4 millones ocultos del exlíder del Soma-UGT salieron de ahí. A través del abogado José Miguel Marcos, el constructor niega sobreprecio en la obra. “No ha habido ninguna sobrevaloración de costes. Se cobró lo que se hizo en función de la excelencia y calidad de los materiales empleados; es una obra de lujo, tal como se nos pidió”, explica el letrado.
El dueño de la constructora es una de las 69 personas que fueron llamadas a declarar por la comisión de investigación que abrió la Junta General del Principado de Asturias tras revelar EL PAÍS la fortuna de Fernández Villa, lo que supuso su inmediata expulsión de la Federación Socialista Asturiana y de UGT. Postigo también niega sobrecostes. Señala que se han hecho cuatro auditorías que no revelan ninguna irregularidad. “De ahí no ha podido salir el dinero de Villa”, indica Postigo, quien sigue considerándose “su amigo”.
El exlíder del Soma-UGT fue otro de los citados para comparecer en la comisión, pero su familia justificó su ausencia alegando que sufría problemas de salud. EL PAÍS ha intentado preguntar a Fernández Villa, pero su esposa indicó que se halla enfermo y no está en condiciones de hablar. El letrado del dueño de la constructora señala que su cliente conoció a Fernández Villa cuando este acudió a la inauguración de la residencia. Admitió que su cliente sí conocía con anterioridad a Postigo debido a su intervención en otras obras que el montepío tiene en Murcia (apartamentos para vacaciones) y Salamanca (un balneario).
Según el citado abogado, la modificación al alza de los costes fue porque, casi al final de la obra, Postigo decidió comprar más terreno en la zona y aumentar la calidad de los materiales: “Dijo que lo quería todo a lo grande”, recuerda el abogado.
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