Francisco Javier Barroso, "Bebé abandonado en Mejorada del Campo", en El País, 16-VII-2015:
La madre del bebé arrojado a un contenedor afirma: “Me agobié”. Faltaban pocos minutos para las ocho de la mañana del miércoles cuando dos guardias civiles ayudados por la Policía Local de Mejorada del Campo y por un operario municipal rescataban del interior de un contenedor de residuos orgánicos a un bebé de 15 días que había sido arrojado una hora antes a este enorme recipiente.
Fueron dos vecinos los que escucharon el llanto de un niño y avisaron a la Policía Local. Se desplazó una patrulla. También acudió un coche de la Guardia Civil. Los agentes intentaron meterse dentro del contenedor, pero vieron que la boca de entrada era pequeña. También temían que con su peso lo aplastaran.
Por ello avisaron a una grúa municipal y levantaron el enorme contenedor, que mide cerca de dos metros. Lo abrieron por un lateral y sacaron bolsa a bolsa el contenido. Lo hicieron con gran rapidez pero también con mucha seguridad para no dañar al recién nacido. El operario municipal de la grúa fue el que halló la bolsa donde estaba el bebé. Se la pasó al guardia civil Carlos Rodríguez. Este rasgó la bolsa y se encontró con una mochila de deporte. En cuanto abrió la cremallera, salió un brazito del pequeño.
Enseguida se lo llevó al pecho y se fue hacia el coche patrulla para trasladarlo junto con su compañero Andrés Moyano al hospital del Henares. El niño seguía sin reaccionar. Solo cuando faltaba un kilómetro para llegar al centro hospitalario, el bebé reaccionó y comenzó a llorar. Lo ha rescatado una pareja de guardias civiles que pensaron que se les moría antes de lograr sacarlo.
El que ha dado la voz de alarma es Daniel, un vecino del pueblo que paseaba a su perro junto a un parque infantil en la avenida de los Toreros cuando ha escuchado al bebé. El llanto salía de un contenedor, de los que están bajo tierra, por lo que ha llamado a la Guardia Civil.
"Eran las 7,15 y hemos llegado enseguida porque estábamos a apenas 200 metros", cuenta Carlos Rodríguez, de 35 años. Cuando ha llegado junto con su compañero, Andrés Moyano, de 30, el recién nacido seguía llorando. "En seguida hemos sabido que era un bebé", prosigue el agente.
"No podíamos meternos en el contenedor porque ni mi compañero ni yo cabíamos en el hueco y, aunque hubiéramos cabido, era mejor no hacerlo por si le aplastábamos", explica el guardia civil, que decidió llamar a la Policía Local para que a su vez localizar a las grúas de la empresa de recogida de basuras y poder levantar el contenedor. Entretanto, "cada vez se escuchaba menos llanto y más agónico, pensábamos que se nos moría", afirma Andrés todavía angustiado.
Las grúas tardaron unos cinco o diez minutos, tiempo en el que el niño ha dejado de llorar y los agentes se temían lo peor. A su llegada, la grúa ha levantado el contenedor y lo han abierto por una esquina. "Hemos sacado bolsa a bolsa y poco a poco, con rapidez pero con mucho cuidado, para evitar que el niño muriera aplastado por el peso de la basura", explica Carlos.
Un operario de la empresa de basuras ha encontrado al bebé en una bolsa "que pesaba mucho". Dentro había una mochila oscura, de la que al abrir la cremallera ha salido un bracito del bebé."Rápidamente me lo he puesto en el pecho y me he subido al coche patrulla, parecía que no respiraba, no reaccionaba ni respondía a los estímulos", explica el agente.
Su compañero Andrés se ha puesto al volante y han salido a toda velocidad hacia el Hospital del Henares. "Cuando llevábamos un kilómetro, el bebé ha roto a llorar y ya nos hemos tranquilizado, con lo tranquilizador que puede ser el llanto de un bebé", ironiza Andrés. Ambos han respirado. Carlos sabe bien a qué suena ese llanto, ya que es padre de dos hijos de 2 y 13 años.
El bebé ha ingresado en el servicio de urgencias y está siendo examinado por los médicos, aunque en principio está bien. Se calcula que tiene dos semanas, es caucásico y no se le ha apreciado ninguna lesión. Las enfermeras han comentado a los agentes que creen que llevaba poco en la mochila, ya que había hecho solo una deposición y estaba recién alimentado.
La Fiscalía de Menores ha abierto una investigación para encontrar a los padres. Para ello se está buscando a las mujeres que hayan dado a luz en las últimas fechas por la zona. Los progenitores se enfrentan a una acusación por abandono de menores o, incluso, asesinato en grado tentativa.
El chupete y el biberón que había en la mochila fueron determinantes para detener a su madre, una colombiana de 37 años, que reside en las proximidades del contenedor al que fue arrojado. Hoy ha pasado a disposición del juzgado de guardia de Coslada. Tiene 37 años, es de nacionalidad colombiana, está casada y es madre de otros tres hijos de 4, 5 y 11 años. La mujer ha admitido finalmente los hechos, aunque en un primer momento los negó. "Me agobié con el pequeño" ha declarado a los agentes que la han arrestado y la han tomado declaración. Según fuentes sanitarias, el bebé está perfectamente y se encuentra bajo la custodia de la Comunidad de Madrid. El juez de guardia ha enviado a prisión a la arrestada, según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
El arresto se produjo en las últimas horas de ayer en el mismo municipio en el que fue hallado el bebé. De hecho, la mujer vive muy cerca del contenedor subterráneo al que arrojó al bebé. Los detalles del arresto los ha ofrecido en rueda de prenda la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, en la Jefatura Superior de Policía de Madrid. En la comparecencia, Dancausa ha explicado que también se arrestó al marido en un primer momento, pero que se le ha puesto en libertad al considerar que "no sabía nada" del abandono. El hombre está al cargo de los otros tres hijos del matrimonio. Dancausa no ha precisado los motivos que la madre para arrojar a su bebé a la basura.
Fuentes de la investigación han destacado que la mujer se resistió en un principio a la detención, cuando acudieron los agentes a su domicilio. Después les abrió la puerta y se declaró autora de los hechos. Los agentes de Policía Judicial del puesto de Rivas Vaciamadrid la interrogaron y volvió a decir que era culpable. No dio más detalles a los investigadores que se había agobiado con el pequeño.
La detenida, de la que no ha trascendido el nombre, ha pasado esta mañana a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Coslada, que hoy está en funciones de guardia. Mejorada del Campo se encuentra en este partido judicial. El titular de este juzgado ha acordado esta tarde la prisión provisional comunicada y sin fianza para la mujer detenida por la supuesta comisión de un delito de asesinato en grado de tentativa.
"Es prácticamente un milagro" que el bebé fuera encontrado con vida por las características del contenedor, que estaba soterrado, y por las altas temperaturas, ha dicho Dancausa, que ha agradecido la actuación tanto de los vecinos, como de los agentes y los operarios de limpieza.
La localización de la mujer en apenas unas horas ha sido posible gracias a un biberón y un chupete que había en la mochila en la que estaba metido el bebé, que dirigió a los agentes al Hospital del Henares, y a su grupo sanguíneo, que es A-. Fuentes de la investigación han determinado que la clave fue el biberón, ya que llevaba la inscripción del hospital y es un modelo que solo se le suministra a ese centro hospitalario. También se había buscado en otros tres hospitales de la zona.
Así, los agentes descubrieron que nació el 30 de junio en el mismo centro hospitalario al que volvió ayer para ser examinado y donde sigue ingresado. Eso les permitió llegar hasta la dirección de la familia.
El hallazgo del pequeño se produjo alrededor de las 6.45 del miércoles, cuando un vecino de la localidad estaba paseando con su perro por la avenida de los Toreros y escuchó un llanto procedente del interior de un contenedor de residuos orgánicos que está soterrado. El vecino llamó a la Guardia Civil. Los agentes Carlos Rodríguez y Andrés Moyano lo rescataron.
Una vez sea dado de alta y la Comunidad asuma una tutela provisional del menor, el bebé será recogido y trasladado bien a un centro residencial o a una familia del programa de Acogimientos de Urgencia.
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