martes, 25 de agosto de 2015

Dos ejemplos complementarios de desgracia y corrupción

El primero, un desahucio de gente pobre que ninguna autoridad en España se ve capacitada para parar (porque también hay desahucios de gente que prefiere pagar vacaciones en La Manga en vez de alquileres)

El segundo, el gasto inmoderado de mil millones de pesetas viejas en dinero público presuntamente en palacios de justicia (¡ay, que me parto!) y en realidad en sinecuras para peperos "que se tocan los huevos".

Son hechos, no especulaciones. Y, ahora, a votar a corruptos, criaturitas.

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