Con los libros mantengo una actitud sadomasoquista: odi et amo, que decía Catulo... y excrucior. Cuando voy a una librería lo paso fatal porque muchos manjares tienen precio desorbitado y solo renunciando a otras cosas podría poseerlos, que leerlos me sería más difícil pues el tiempo me lo arrebata lo demasiado que tengo que hacer. Necesito tiempo para no hacer nada.
Me cuesta soportar la larguísima narrativa o la prosa desmañada: busco más bien las quintaesencias de la poesía, la experiencia real contenida en las autobiografías y las ideas que contienen los ensayos; son los únicos géneros que no me hacen perder la paciencia; y como la cultura en la España mariana es ya un lujo, soy más bien de librerías de viejo y baratillo, donde rebusco, como Ana Torroja, algo barato: "Entre los trapos y los camisones / la gente busca nuevas sensaciones". La degradación cultural auspiciada por la España pepona ha convertido a los basureros culturales de las librerías de segunda mano en una mina. A veces pueden desenterrarse auténticos tesoros, si bien hace falta un buen mapa para saber donde excavar la bicoca. Por ejemplo, ayer encontré por un euro (en una librería de viejo ciudarrealeña de cuyo nombre no llego a acordarme) un libro de poesía de Concha Zardoya, Gradiva y un extraño héroe (1987) publicado en la Colección Torremozas de Madrid, que editaba solo obra femenina. El libro contiene poemas interesantísimos, en meditativo verso blanco ("¿Qué es filosofía? / Es vida verdadera, que sin notarlo, mueve / a saber que es el bien, la verdad, la belleza"), pero la edición contaba con una dedicatoria que de inmediato despertó mi interés: "A Plutarco Marsá, cordialmente, Concha Zardoya, mayo, 87".
Me cuesta soportar la larguísima narrativa o la prosa desmañada: busco más bien las quintaesencias de la poesía, la experiencia real contenida en las autobiografías y las ideas que contienen los ensayos; son los únicos géneros que no me hacen perder la paciencia; y como la cultura en la España mariana es ya un lujo, soy más bien de librerías de viejo y baratillo, donde rebusco, como Ana Torroja, algo barato: "Entre los trapos y los camisones / la gente busca nuevas sensaciones". La degradación cultural auspiciada por la España pepona ha convertido a los basureros culturales de las librerías de segunda mano en una mina. A veces pueden desenterrarse auténticos tesoros, si bien hace falta un buen mapa para saber donde excavar la bicoca. Por ejemplo, ayer encontré por un euro (en una librería de viejo ciudarrealeña de cuyo nombre no llego a acordarme) un libro de poesía de Concha Zardoya, Gradiva y un extraño héroe (1987) publicado en la Colección Torremozas de Madrid, que editaba solo obra femenina. El libro contiene poemas interesantísimos, en meditativo verso blanco ("¿Qué es filosofía? / Es vida verdadera, que sin notarlo, mueve / a saber que es el bien, la verdad, la belleza"), pero la edición contaba con una dedicatoria que de inmediato despertó mi interés: "A Plutarco Marsá, cordialmente, Concha Zardoya, mayo, 87".
Al volver a mi casa hice una de esas investigaciones que al cabo me da para un artículo más de Wikipedia que publiqué en ese mismo día, este. Aquí les diré algo más. Plutarco Marsá Vancells fue un jurista eminente que dominaba cuatro idiomas y poseía tres doctorados en Derecho, Políticas y Filosofía... y era registrador de la propiedad (o sea, como ahora). Su padre, fiscal general de la II.ª República, se había formado en la Institución Libre de Enseñanza y no había bautizado a sus hijos Graco, Otilia, Marco, Marina, Plutarco, Héctor y Licinio; todos ellos, padres e hijos, fueron represaliados duramente por el franquismo. Plutarco publicó casi obsesivamente sobre un mismo tema: La mujer en el derecho político (1970), La mujer en el derecho civil (1970), La mujer en la filosofía (1976) La mujer en la literatura (1987), La mujer en el periodismo (1987), La mujer en el trabajo (1993), La mujer en el cristianismo (1994), La mujer en la familia (1998), La mujer en la administración (1998), Concepción Arenal y la Institución Libre de Enseñanza (1992)... También fue de los pocos en tratar el tema del racismo: Racismo y derecho civil (1970). Pero lo que me llamó más la atención fue el documento impagable con que el dominico fray Cándido Aniz Iriarte, creo que aún vivo, rector de la universidad laboral de Córdoba entre 1958 y 1967, lo expulsaba de la universidad laboral de Córdoba. Lo copio para que ustedes aprecien y paladeen la prosa del régimen:
"Muy señor mío:
Habiendo asistido a la conferencia por Vd. desarrollada en el salón de actos de esta Universidad laboral, que me disgustó profundamente, y habiendo comprobado que la magnífica oportunidad que se le ofreció para rehabilitarse con prudencia y discreción, la convirtió en manifiesta desorientación y desprestigio, lamento tener que comunicarle que, acorde con el Servicio de Universidades, cesa Vd. en el ejercicio de la enseñanza, prohibiéndole enseñar disciplina alguna a nuestros alumnos universitarios laborales.
Me resulta incomprensible la actitud por Vd. adoptada, pues
su imprudencia en la forma de hablar a los alumnos;
su inexactitud en la proposición de los problemas sociales;
su partidismo en la valoración de las formas de estructura;
su desconsideración con los dictámenes de la Superioridad;
su exposición de aspectos personales de su vida particular;
su alusión inoportuna e improcedente a la Orden Dominicana;
su exposición de criterios personales de capacitación social;
su postura de halago fácil a la multitud, poco formativa;
su estilo y forma de conversar tendenciosa;
hacen un conjunto sorprendente de cosas que en modo alguno encajan con el espíritu, con el tema, con las indicaciones que previamente se le habían formulado por mediación del Padre organizador de las conferencias; y además indican que nos hallamos ante un maestro cuya palabra más bien deforma que orienta.
En consecuencia, lamentándolo de todo corazón, como corresponde a todo Superior que se ve obligado contra uno de sus comprofesores, y no pudiendo continuar explicando sus clases, tengo que comunicarle las dos posibilidades que están en mis pobres manos en este momento en que lógicamente hubiera deseado uno ayudarle en vez de condenarle:
1.ª Renuncia voluntaria a la plaza de profesor, por escrito, sin presentarse en el Centro, Universidad Laboral.
2.ª Incoación de expediente, por la gravísima falta cometida ante los propios alumnos de la Universidad.
Solo nos resta rogarle que, por el bien de la paz y por su mejor prestigio, se digne enviarme la renuncia a su plaza y se decida [borrón mecanográfico] a permanecer entre los suyos, buscando su tranquilidad espiritual y corporal, aunque tenga que planear algún otro modo de compensación económica.
Dios guarde a Vd. muchos años.
Córdoba, 28 de abril 1962.
El Rector
Fr. Cándido Aniz
(Firmado y rubricado)
Sr. D. Plutarco Marsá Vancells, Donoso Cortés, 85, 1º. -MADRID. Es copia."
La paranoia inquisitorial de los curas y fascistas implicados puede verse en la elección léxica de algunas palabras, por ejemplo, "planear" una "compensación económica" o en el borrón mecanográfico en el momento justo en que se alude a la decisión de la persona afectada (eran épocas sin típex), la inseguridad que demuestras esas "indicaciones que previamente se le habían formulado", el carácter "inoportuno, improcedente, descondiderado, inexacto, incomprensible, tendencioso, imprudente, desorientado, deformador" y "partidista" en una época en que no había otros partidos que los futbolers, algunos de máxima audiencia en la tele del uno de mayo. ¿Les extrañará saber que, tanto el dominico como el jurista, eran muy cristianos y rezaban el rosario a diario en casa? En fin, don Plutarco sostuvo con su bolsillo y el de otros protectores de las mujeres y la cultura (ninguno fraile ni mucho menos manchego, salvo la poetisa Benita C. Barroso, de Talavera y la pintora Sopetrán Domenech, de Guadalajara) la colección de poesía femenina de Torremozas.
No sé por qué, pero cuando oigo a Rafael Hernando, portavoz del PP, o a cualquiera de sus correligionarios del pepeísmo en Ciudad Real, me parece como si estuviera oyendo a los fantasmas monologadores de 1962, el año en que a mí me daba por nacer. Me gustaría, claro, hablar de cosas más modernas, pero los caros libros de la España mariana me han obligado a hurgar en las antiguallas de las librerías de viejo, que son más económicas... y todas están llenas de cosas franquistas por el estilo. Qué le vamos a hacer.
Me ha encantado esta entrada de tu blog y me gusta mucho el artículo que has publicado en la wikipedia. He sido alumno de la Laboral de Córdoba y gracias a este artículo me he puesto a "investigar" sobre la Semana Social de 1962 y sobre el feminismo en el franquismo y cómo se está ahora utilizando el caso de Mercedes Formica para hacer revisionismo y negacionismo. Gracias por tus artículos
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