Quijote II, 32:
No es bien, sin tener conocimiento del pecado que se reprehende, llamar al pecador, sin más ni más, mentecato y tonto"..../...caballero soy y caballero he de morir si place al Altísimo. Unos van por el ancho campo de la ambición soberbia; otros, por el de la adulación servil y baja; otros, por el de la hipocresía engañosa, y algunos, por el de la verdadera religión; pero yo, inclinado de mi estrella, voy por la angosta senda de la caballería andante, por cuyo ejercicio desprecio la hacienda; pero no la honra. Yo he satisfecho agravios, enderezado tuertos, castigado insolencias, vencido gigantes y atropellado vestiglos; yo soy enamorado, no más de porque es forzoso que los caballeros andantes lo sean; y siéndolo, no soy de los enamorados viciosos, sino de los platónicos continentes. Mis intenciones siempre las enderezo a buenos fines, que son de hacer bien a todos y mal a ninguno: si el que esto entiende, si el que esto obra, si el que desto trata merece ser llamado bobo, díganlo vuestras grandezas.
Otras tomadas de las obras de Cervantes:
Cada uno es como Dios le hizo, y aun peor muchas veces.
Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades.
Donde está la verdad está Dios.
Con la iglesia hemos dado, Sancho
Donde una puerta se cierra, otra se abre.
El agradecimiento que sólo consiste en el deseo, es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras.
El amor antojadizo no busca cualidades sino hermosuras.
El amor junta los cetros con los cayados; la grandeza con la bajeza; hace posible lo imposible; iguala diferentes estados y viene a ser poderoso como la muerte.
El andar tierras y comunicar con diversas gentes hace a los hombres discretos.
Sobre un buen cimiento se puede levantar un buen edificio, y el mejor cimiento y zanja del mundo es el dinero.
El pobre está inhabilitado de poder mostrar la virtud de liberalidad con ninguno, aunque en sumo grado la posea.
El que esta para morir siempre suele hablar verdades.
El que lee mucho y anda mucho, vee mucho y sabe mucho.
El que no sabe gozar de la ventura cuando le viene, no se debe quejar si se pasa.
El retirar no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.
El valor reside en el término medio entre la cobardía y la temeridad.
En las cortesías antes se ha de pecar por carta de más que de menos.
En las comunes desventuras se reconcilian los ánimos y se traban las amistades.
En los casos arduos y dificultosos, en un mismo punto han de andar el consejo y la obra.
Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama
Entre los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia; yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse: que de los desagradecidos está lleno el infierno.
Al bien hacer jamás le falta premio
Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro.
La senda de la virtud es muy estrecha y el camino del vicio, ancho y espacioso.
En la tardanza suele estar el peligro
Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero
¿Qué locura o que desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
Contra el callar no hay castigo ni respuesta
Encomiéndate a Dios de todo corazón, que muchas veces suele llover sus misericordias en el tiempo que están más secas las esperanzas.
Entre los pobres pueden durar las amistades, porque la igualdad de la fortuna sirve de eslabón a los corazones; pero entre los ricos y los pobres no puede haber amistad duradera.
Habla con reposo, pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo; que toda afectación es mala.
Has de usar con la honesta mujer el estilo que con las reliquias; adornarlas y no tocarlas.
He oído decir que esta que llaman por ahí fortuna es una mujer borracha y antojadiza y, sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quién derriba ni a quién ensalza.
La alabanza propia envilece.
La diligencia es madre de la buenaventura.
La grandeza del rey resplandece más en el misericordioso que justiciero.
La guerra, así como es madrastra de los cobardes, es la madre de los valientes.
La honra del amo descubre la del criado; según esto, mira a quién sirves y verás cuán honrado serás.
La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida.
La misericordia brilla más que la justicia.
La historia, la poesía y la pintura, simbolizan entre sí y se parecen tanto, que cuando escribes historia, pintas, y cuando pintas, compones. No siempre va en un mismo peso la historia, ni la pintura pinta cosas grandes y magníficas, ni la poesía conversa siempre por los cielos. Bajezas admite la historia; la pintura, hierbas y retamas en sus cuadros, y la poesía tal vez se realza cantando cosas humildes
Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia.
La buena mujer no alcanza buena fama solamente con ser buena, sino con parecerlo.
La poesía tal vez se realza cantando cosas humildes.
La santidad fingida no hace daño a ningún tercero, sino al que la usa.
La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre nada sobre la mentira como el aceite sobre el agua.
La verdadera nobleza consiste en la virtud.
Las armas requieren espíritu como las letras.
Las armas tienen por objeto y fin la paz, que es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida.
Las honestas palabras dan indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.
Las obras de caridad que se hacen tibia y flojamente no tienen mérito ni valen nada.
No hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas.
Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias.
No son los celos señales de mucho amor , sino de mucha curiosidad impertinente; y si son señales de amor , es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta; y así, el enamorado celoso tiene amor , mas es amor enfermo y mal acondicionado. Y también el ser celoso es señal de poca confianza del valor de sí mesmo
Los males que no tienen fuerza para acabar la vida, no han de tenerla para acabar la paciencia.
Ningún mal puede fatigar tanto ni llegar tan al extremo de serlo (mientras no acaba la vida), que rehúya de no escuchar siquiera el consejo que con buena intención se le da al que lo padece.
Habla a lo llano, a lo liso, a lo no intricado, como muchas veces te he dicho, y verás como te vale un pan por ciento.
Habiendo durado mucho el mal, el bien está ya cerca
El mal, para quien lo fuere a buscar
Al mal de quien la causa no se sabe, milagro es acertar la medicina.
Más hermoso parece el soldado muerto en la batalla que sano en la huida.
La seca garganta, ni gruñe ni canta
Más da el duro que el desnudo, refrán
Más vale vergüenza en cara que mancilla en el corazón.
Necio es, muy necio, el que, descubriendo un secreto a otro, le pide encarecidamente que lo calle.
No cargues todo el rigor de la ley al delincuente; que no es mejor la fama del juez riguroso que la del compasivo.
No desees y serás el hombre más rico del mundo.
No hay candados, guardas ni cerraduras que mejor guarden a una doncella que las del recato propio.
No hay carga más pesada que una mujer liviana.
No hay más alta virtud que la prudencia.
No hay memoria a quien el tiempo no acabe, ni dolor que la muerte no consuma.
No hay que tener envidia a los que los tienen príncipes y señores, porque la sangre se hereda, y la virtud se aquista y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale.
No importa el resultado sólo el esfuerzo vale.
Nunca el consejo del pobre, por bueno que sea, es admitido.
Oficio que no da de comer a su dueño, no vale dos habas.
Para remediar desdichas del cielo, poco suelen valer los bienes de fortuna.
Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones.
Parece, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todas.
Sé breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo.
Sé moderado con tu sueño; que el que no madruga con el sol, no goza del día.
Siempre la melancolía fue de la muerte apariencia.
Tanto más fatiga el bien deseado cuanto más cerca está la esperanza de poseerlo.
Tanto más se escudriñan las faltas de un impreso, cuanto mayor es la fama de quien lo compuso.
Tanto vales cuanto tienes, y tanto tienes cuanto vales, Dos linajes solos hay en el mundo, como decía una abuela mía, que son el tener y el no tener
Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma.
Una de las mayores tentaciones del demonio es ponerle a un hombre en el entendimiento que puede componer e imprimir un libro, con que gane tanta fama como dinero.
Una de las partes de la prudencia es que lo que se puede hacer por bien, no se haga por mal.
Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo.
Fuese, y no hubo nada
Yo que tanto trabajo y me desvelo por parecer que tengo de poeta la gracia que no quiso darme el cielo.
Yo sé muy poco, y diría, y está muy puesto en razón, que la desesperación no puede ser valentía.
Yo soy de parecer que el pobre debe contentarse con lo que hallare, y no pedir cotufas en el golfo.
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