Como decían los medievales, los trascendentales del ser son la belleza, la bondad y la verdad. Porque el bien es difusivo, compartible.
Para Max Scheler los valores son noemas esenciales y absolutos, pero su realización histórica no es absoluta: los vamos descubriendo y realizando en la Historia progresivamente. Así, Scheler describe el fenómeno de ceguera axiológica en la Historia. Hay épocas en las que no se ven ciertos valores que posteriormente son palpables. Esto le sirve para hablar de la existencia de un ethos histórico. Así como los valores son absolutos en la ética, en la ética histórica son relativos a la época considerada; hay una cierta relatividad temporal, y eso condiciona nuestras propias decisiones de valor.
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