Estas cosas ya las hacían en el barroco, aunque mucho más largas y difíciles.
En una pelea, un par de samuráis, sin armaduras, se enfrentan a muerte, desenvainan sus katanas, y atacan, el primer samurái, recibe el ataque mediante su katana, inclina su espada, y la katana de su rival se desliza, y el primer samurái mueve su katana, en una especie de bucle, circunda su cabeza, e intenta tajar la cabeza de este, sus planes resultan mal, su rival levanta su katana y evita perder la cabeza, mediante una parada, la punta de la espada apunta hacia las plantas que hay en su área de lucha, técnica clásica de kenjutsu, y una técnica igual al de a su rival, y se repite nuevamente la pelea de esa misma manera, hasta que el primer samurái detiene la katana de su rival, en la izquierda, resulta que el rival, en vez de usar la técnica clásica, lanza un ataque inmediatamente después de que su espada fuese parada, el hábil primer samurái se entera de su plan, muy rápidamente, y se desplaza hacia la derecha, y abruptamente taja las extremidades de su rival mediante un ataque a gran rapidez, el samurái, mira sus extremidades, a la mitad, su cara expresa un trauma, y mira al primer samurái, libre de heridas, que le humilla, y mira su vida finalizar, el que se adueña de la ganancia de aquella pelea, mueve su katana hacia su garganta, y se va muy alegre
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