miércoles, 27 de marzo de 2024

Harpo Marx

Harpo Marx fue una buena persona. Adoraba a los animales y a las personas, y adoptó a todos sus hijos y a cualquier perro callejero que se encontrase.  Nunca se divorció y ejerció su talento de cómico, músico y mimo ejercitando una imaginación desbordante. Su esposa, la actriz Susan Fleming, lo describió como un “arquitecto de lo impredecible”. Es una definición que no incorpora todo su talento como mero ser humano. Fue, no cabe duda, un ejemplo a imitar, casi un personaje sacado del futuro o de la misma fantasía impredecible dentro de la que vivía. Era natural que fuese amigo de Salvador Dalí, quien lo dibujó una vez. Y, siendo un cómico experto, fue la única persona que hizo llorar en toda su larga vida a Groucho Marx cuando murió. El amigo ideal de Dorothy Parker en la mesa redonda del Algonquin.






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