Luis Miguel Pérez Adán, "El libro de un Alcalde Mayor", en La Verdad de Cartagena, 18 de mayo 2019:
Jerónimo Molina de Lama Guzmán nació hacia 1625 en Fernán Caballero, provincia de Ciudad Real, aunque su linaje era de Úbeda, en Jaén. Licenciado en Leyes y Cánones, ejerció de abogado ante los Reales Consejos y buena parte de su vida estuvo ligada a esta tierra, primero como Gobernador Militar y más tarde como Alcalde Mayor de Cartagena.
Pero ante todo fue un escritor y filósofo, autor en su juventud de varios tratados morales y jurídicos. De entre estos últimos destacan el titulado Novis veritatis iuris practicae, utraque manu elaboratae... Matriti: ex Typographia Regia, 1665. Se trata de un prontuario jurídico para abogados y jueces, en donde se analizan principios teológicos morales y reglas inconcusas de las leyes y cánones. Entre los numerosos alegatos forenses escritos por nuestro alcalde destacó el publicado en 1660: 'Defensa por Don Francisco Berrío de Arroyo en el pleito con el fiscal de su Majestad'.
En 1646, ocupando el sillón de Alcalde Mayor en nuestra ciudad, y tras un minucioso examen de los documentos que contenía nuestro Archivo Municipal, decidió publicar un trabajo literario. Para ello, presentó un memorial al Cabildo Municipal, para que este le sufragase el gasto económico de dicha publicación.
Todo esto quedó reflejado en las actas capitulares, bajo el título de 'A la Antiquísima y Nobilísima Ciudad de Cartagena'. Este alcalde hizo un panegírico a nuestra ciudad, con la clara intención de agradar y así poder obtener este beneficio y publicar su libro.
Haciendo un resumen de la transcripción de esta carta, en ella Jerónimo Molina ofrece unas lecciones para vivir contra la fortuna, dentro de las denominadas escuelas políticas de Seneca, para hacer rostro a los trabajos y estar consolados entre las miserias del tiempo. Reconoce, en la misma, la grandeza de Cartagena empezando en los siguientes términos:
«¿Qué república de los reinos ha sido más célebre de todas las naciones del mundo? ¿Dónde han quedado más memorias antiguas de cuyas grandezas y edificios están diciendo su majestuosidad las reliquias, siendo Cartagena en tiempos de los godos en lo civil y temporal Convento Jurídico y Chancillería y, en lo espiritual y eclesiástico Obispado de tanta calidad y riqueza como es notorio en todo el orbe? Cartagena siempre fue grande y, en opinión de muchos, primera silla y arzobispado, si bien después de su ruina hasta la general destrucción de España, siempre tuvo obispos, siendo el primero Héctor y San Fulgencio el segundo», escribe el Alcalde.
Jerónimo Molina de Lama Guzmán, del siglo XVII
Y prosigue así: «¿De qué nación no fue siempre envidiado este sitio por excelente y, por mayor siempre fue también el embarazo de los enemigos? Los vándalos lo persiguieron y su rey quiso acabar con su memoria, pero renació como Fénix de sus cenizas».
Continúa la misiva haciendo un extenso recorrido por los avatares históricos de Cartagena, para terminar solicitando la referida ayuda. Lo hace así: «Claro está que con tanta grandeza hallará mi obsequio el patrocino que me prometo y, las Escuelas de Séneca todo el apoyo que desea merezca de vuestras señorías a quien Dios con la grandeza y aumento que merece. Besa la mano de vuestras señorías su más aficionado servidor. Licenciado D. Jerónimo Molina de Guzmán».
Los señores capitulares, siempre espléndidos, y más en aquella ocasión en que se trataba del Alcalde Mayor, y aunque las arcas municipales estaban vacías y embargadas como casi siempre, acordaron darle a este Alcalde la cantidad de cien mil maravedíes para la impresión de su libro sobre las Escuelas Políticas de Séneca. Reconocían así su atento gobierno de la ciudad y el desvelo que había tenido en componer una obra tan interesante.
Finalmente, se decidió la publicación de este tratado moral de inspiración senequista: 'Vivir contra la Fortuna' (1652), obra dividida en cuatro partes, en donde nuestro alcalde aconsejaba así: «Vivir sin dependencia del tiempo y de la fortuna», única vía para alcanzar la paz y la tranquilidad de ánimo.
No había por entonces ninguna imprenta en Cartagena, y el Alcalde Mayor, días después de habérsele concedido la subvención, pidió licencia al Cabildo, y le fue concedida, para marchar a Murcia, Orihuela y Valencia con objeto de practicar diligencias encaminadas a la impresión de su libro. Al final, se encargó en una imprenta de Murcia.
Cartagena y la vida
Encuadernado en pergamino, constaba de 191 folios y su dedicatoria comienza con la siguiente décima: «Del Autor a Todos. Porque se quexa la vida / Que le amenaca la muerte / Si de su miseria suerte / es remedio de partida. / El más cruel homicida / del alma, es el desear, / del se tiene de quexar / el corazón, ponderando / que estando siempre matando /comienza siempre a matar». Así de esta manera Jerónimo de Molina pudo ver cumplido su deseo del poder hacer realidad el libro de un Alcalde.
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