Versos de Séneca a Córdoba, entre otros compuestos en el exilio de Córcega, tal vez apócrifos.
En la ciudad de Córdoba.
Córdoba, mésate el cabello, entristece tu rostro,
envía a mis cenizas el don de tu llanto.
Lamenta, Córdoba, ahora lejana, a tu vate;
tú, Córdoba, no conociste nunca tiempo más triste,
ni el tiempo en que, revueltas las fuerzas del mundo,
sobre ti la guerra vino a dar la ruina, cuando,
presa de males de acá y allá, perecías
y te eran contrarios Pompeyo y César; ni el tiempo
en que trescientas muertes te diera una noche
que fue para ti la más larga. Ni cuando el ladrón lusitano [Viriato]
azotaba tus muros y clavaba en tus puertas su lanza torcida.
Yo, un día tu gran ciudadano, tu gloria,
estoy preso en un risco: Córdoba, mésate el cabello.
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