domingo, 27 de abril de 2025

Anglicismos

 Anglicismos. Dossier. 

I

No digas en inglés lo que puedas decir en español, en El País, por Amelia Castilla, 27 de abril de 2025:

La influencia creciente de la lengua inglesa encauza un nuevo vocabulario, trufado de anglicismos, especialmente entre las generaciones 'millennial' y Z, casi bilingües.

La revolución tecnológica —especialmente las redes sociales— y la globalización han modificado la manera de leer, de ver cine o televisión, de escuchar música y hasta de hablar. La influencia creciente de la lengua inglesa se ha acelerado con la ayuda de Internet, donde nacen los anglicismos necesarios en el campo de la informática, pero permean, cada vez más, en lo que se dice. Un nuevo vocabulario, trufado de anglicismos, se abre paso, especialmente entre las generaciones millennial y Z, casi bilingües. Un fervor que contrasta con la escalada de racismo del discurso de Donald Trump , alineado con el movimiento English only . Más partidario de la convivencia, los historiadores de la lengua relativizan la influencia de su uso sobre el español: "El idioma está en permanente cambio. O adoptamos los anglicismos tal como se escriben o los naturalizamos con ortografía propia y así entramos a formar parte del acervo léxico patrimonial", sostiene Inés Fernández-Ordóñez, académica de la Lengua.

El cambio lingüístico en el mundo de la música y el cine ya forma parte del habla cotidiana. Palabras como remake , biopic , máster o bonus track se normalizaron antes del arranque del siglo XXI, pero la conversión se ha infiltrado en otras áreas de la vida. Followers se usa más que seguidores, influencers se ha estandarizado. Ahora los novios se dejan en plan fantasma , se impone la ley del spoiler (espóiler, según la Real Academia), aplicamos para conseguir becas, los jinetes nos acercan los churros para el desayuno, el cruising sigue en alza, hacemos match en Tinder, cotilleamos el feed de los amigos antes de dar al like y hasta los ministros están alineados. La lista daría para un nuevo diccionario de anglicismos si naciera alguien con la lucidez de María Moliner .

"En el siglo XVIII, con el francés, se decía que la mezcla corrompía la lengua, que había que recuperar el espíritu del español porque todo lo intelectual y filosófico venía de Francia. Eso ocurre ahora con el inglés. Mientras no se cambien las reglas de la ortografía y cuando llegue un anglicismo se naturalice rápidamente, no me rasgo las vestiduras", aclara Fernández-Ordoñez. Como en otras cosas, la RAE ha pasado por distintas fases: "Primero intentó no admitir los anglicismos tal y como se escriben, y se propusieron adaptaciones ortográficas solo tardíamente. Un caso típico fue güisqui, que no lo empleaba nadie. Lo más lógico, tan pronto como empiezan los hablantes a manejarlo, es naturalizarlo con ortografía propia para evitar utilizarlo con ortografía ajena. Selfi es un caso clarísimo. Una vez que te has acostumbrado a escribir whisky en inglés, ya no lo cambias”.

No pasa un día sin que se publiquen textos en español —en muchos casos firmados por los columnistas del momento— trufados de palabras inglesas, algunas innecesarias, ya que se dispone de un idioma rico en vocabulario que hablan alrededor de 600 millones de personas, de los cuales más de sesenta millones son hispanohablantes en EEUU y para los que el sitio web en español de la residencia presidencial desapareció tras jurar el cargo Trump.

Lejos de esa nueva política del caos, algunos periodistas usan el giro Zeitgeits para referirse al espíritu de la época. Hay ejemplos más acreditados. A estas alturas, ¿cómo se sustituiría hashtag por etiqueta en Internet, sin que se genere confusión o pasar por una retrógrada analógica? ¿Postureo? No, no solo. "No hay lengua que esté intacta. Las series, la música, la ciencia...todo llega en inglés. Y eso afecta a los columnistas. No soy muy proclive a esos mensajes sobre si la lengua se empeora o deteriora. La lengua se mantiene, lo importante es que tenga hablantes. La que sí está amenazada es la lengua de la cultura escrita, hay que mantener unas convenciones que no siempre están presentes en todas las situaciones comunicativas. Antes la forma de escribir era una, tendíamos a hablar como escribíamos, pero hoy en día noto un deterioro tremendo de la lengua elaborada. ¡El signo de los tiempos! Me preocupa la simplificación del lenguaje en mensajes como el uso de abreviaturas y emojis que sustituyen ideas y sentimientos”, afirma la académica.

Un siglo de intercambio

El intercambio lleva más de un siglo en movimiento. El historiador Juan Francisco Fuentes va un paso más allá en lo que a geografía se refiere. "La lengua que manda es el inglés, en concreto, el inglés americano, que es el de la globalización y de Internet. No solo la tecnología impone el cambio del idioma. Los roles de género, la política y los cambios sociales acompañan. Casi siempre de la mano de las nuevas generaciones que son las que imponen las grandes transformaciones". En su ensayo Bienvenido míster Chaplin. La americanización del ocio y la cultura en la España de entreguerras (Taurus) repasa cómo los primeros anglicismos aterrizaron en España con cuentagotas, tras la pérdida de Cuba y el desembarco de la sociedad de masas. "La penetración cultural llega con el idioma. De Yanquilandia —palabra inventada por Unamuno en los años treinta, muy contrario a la influencia extranjera— al uso generalizado de palabras como gánster o cóctel que determina un nuevo imaginario formado de imágenes y palabras". Poetas y artistas glosaban en su juventud la nueva cultura norteamericana. A Buñuel de EE UU le gustaban hasta los policías; Maruja Mallo dibujó a los actores del cine desnudo y Alberti sostenía que nació con el cine. Hasta Mi revista , editada en la Barcelona en guerra por el militante de la CNT Eduardo Bueno, sigue vendiendo EE UU como el país del futuro. "Años después, a partir de la Segunda Guerra Mundial, el desembarco se hace imparable. En la España de los años sesenta, con la explosión demográfica y las mejoras en educación y nivel de vida, el inglés se convierte en idioma generacional y seña de identidad. Palabras como globalización y distensión se imponen en los años noventa en relación con el fin de la guerra fría y la confluencia de Internet. Las redes sociales se corresponden con un fenómeno más tardío".

Los anglicismos necesarios en el campo de la informática aportan contexto. El diccionario de Internet conjuga las traducciones con nuevas palabras que se revelan necesarias para describir situaciones inéditas. Así, el lenguaje se crea, se moldea y, finalmente, se comparte dentro de las comunidades en línea. Un ejemplo: mansplaining despunta como una idea surgida en Internet para describir un micromachismo, o sea, la explicación de algo que un hombre le cuenta de manera condescendiente a una mujer sobre un tema que ella ya conoce. Y no solo palabras: las redes viralizan los conciertos de Tiny Desk de C. Tangana y Bad Bunny.

El British Council, en conmemoración de su noventa aniversario, ha publicado el informe English languaje Evolution, en el que, a través de 90 palabras, explica cómo el idioma ha acompañado a los cambios políticos, sociales y tecnológicos. Arranca con nylon , que revolucionó la moda en los años treinta, y llega hasta catfish , que señala los engaños en la red. La lista del British Council incluye palabras con décadas de historia, como  reggae  en los años sesenta; y términos emergentes como  situationship : "Popularizada en 2017, describe una relación que va más allá de la amistad, pero sin llegar a ser una pareja formal, refleja las citas modernas influenciadas por las aplicaciones para encontrar pareja. Ganó notoriedad tras ser mencionada por la periodista Carina Hsieh en Cosmopolitan, fue finalista para la palabra del año 2023 del OED (Oxford English Dictionary) y se incluyó como categoría oficial en Tinder en 2022".

Las pantallas impulsan los neologismos

La revolución lingüística va asociada al tiempo que se pasa pegado a las pantallas. La palabra del año del diccionario de Oxford es Brain rot (podredumbre cerebral ), referida al consumo de contenidos basura, especialmente en las redes, donde se permanece horas haciendo scroll .

Los historiadores Fuentes y Fernández-Ordóñez coinciden en que el destino de la lengua lo decide una comunidad, especialmente los jóvenes, en cuyas manos queda construir un mundo nuevo. La lengua funciona como las sociedades, existen patrones con los que uno se identifica y los usa. "Antes se usaba sombrero y ahora no, aunque haya gente que lo sigue llevando. La dinámica de los cambios lingüísticos podría compararse con el uso que se hace de la moda. Hay normas que se cumplen casi siempre, pero no son de obligado cumplimiento. La lengua es un bien inmaterial, democrática y de imitación gratuita. Si se admira mucho a una influencer se pueden proyectar en ella las aspiraciones propias y lanzar una imagen pública o social de un grupo al que no se pertenece", sugiere Fernández Ordoñez.

¿Cuándo mueren las palabras? "Cuando la gente deja de usarlas. Antes negro se decía prieto, se ha conservado el arcaísmo en algunas zonas, pero negro se ha convertido en la palabra más usada. Las palabras desaparecen porque se extinguen las realidades a las que aluden o perecen porque hay solapamientos de significados. También por modas, como algo que se va contagiando, como si se trataa de una forma de vestir. Los cambios lingüísticos que triunfan son los inadvertidos, los que se adoptan de forma inconsciente por los hablantes. Si algo es muy consciente, es difícil que cuaje porque puede provocar el rechazo, como por ejemplo todos y todas. Los que lo adoptan o lo rechazan son militantes y para que se adopte debe ser general Lo que suele triunfar es lo que va por debajo.

En la Casa Blanca (ahora solo White House) ya no se habla español, pero estamos lejos de la neolengua que se impuso en el régimen totalitario de Oceanía, diseñado para restringir el pensamiento libre y las críticas al partido. Aunque 1984 no hayamos dejado de editarse y hoy sigamos la obra de George Orwell más como una novela realista que de ciencia ficción. De momento, la recomendación de la Academia de la Lengua sería: “No digas en inglés lo que puedas decir en español”.

II

20 anglicismos nuevos cada día, en El País, por Álex Grijelmo, 21 de octubre de 2020:

La lingüista Elena Álvarez Mellado ha desarrollado el programa informático Observatorio Lázaro, que analiza el léxico en los medios informativos.

La lingüista computacional Elena Álvarez Mellado (Madrid, 33 años) ha creado una herramienta que permite encontrar los anglicismos publicados cada día en los medios informativos. Se denomina Observatorio Lázaro, en recuerdo del exdirector de la Real Academia Española Fernando Lázaro Carreter. Aunque el sistema aún está en fase de desarrollo, ya ofrece algunos resultados. Por ejemplo, el estudio diario de ocho medios españoles muestra que entre todos ellos publican unos 400 anglicismos cada día, de los que 200 no están repetidos y 20 no han sido detectados anteriormente por el modelo. De esos 400 anglicismos diarios, elpais.com acoge 90 (cómputo sobre septiembre y octubre).

Álvarez Mellado recopila estos datos desde abril de 2020, si bien comenzó sus trabajos en diciembre de 2019. En estos siete meses ha contabilizado más de 70.000 anglicismos en esas ocho cabeceras.

Se puede acceder al programa en esta dirección: https://observatoriolazaro.es .

Los medios analizados son elpais.com , elDiario.es , elmundo.es , abc.es , lavanguardia.com , elconfidencial.com , 20minutos.es y efe.com . El programa, un modelo de aprendizaje automático, no toma como anglicismos, deliberadamente, ni los nombres propios ni los términos de origen inglés que han sido incorporados en redonda al Diccionario de la Lengua Española, el publicado por las academias. Por ejemplo, excluya palabras como “web” o “bar” (del inglés bar, barra). Y, por otro lado, la herramienta informática (que analiza solamente los textos informativos de libre acceso) considera a veces como anglicismos, por error, algunos vocabularios que no lo son en realidad, como los títulos en inglés de películas o de libros.

Los anglicismos más repetidos la pasada semana en esos ocho medios fueron online, look, app (los tres con una frecuencia de entre 10 y 20 registros por cada 100.000 palabras), streaming, influencer, software, reality, thriller, start-up, marketing, ranking, pack, shock, boom, casting, smartphone, coworking, bluetooth, podcast y lobby.

Entre los que más crecieron en ese periodo y van alcanzando lugares de cabeza figuran rider, revolving, filming day, low cost, youtuber, town hall o rave.

Los cuadros que proporciona el sistema recogen el título del artículo, la fecha y el enlace correspondiente.

Álvarez Mellado aclara que el objetivo del Observatorio Lázaro no es defender una supuesta pureza lingüística del español, sino estudiar el fenómeno del préstamo léxico en la prensa de forma empírica y con una perspectiva basada en datos. “Mi objetivo”, señala, “es hacer observaciones más generales cuando tenga más meses de evolución acumulados, analizar qué anglicismos entran, cómo se asientan, etcétera”.

Su proyecto previo al desarrollo práctico del Observatorio Lázaro recibió el premio Outstanding Corpus Thesis Award (premio de tesis de corpus excepcional) del Institute for Corpus Research (Instituto de Investigación de Corpus) de la Universidad Nacional de Incheon (Corea del Sur) y el premio Karen Spärck Jones Award for Outstanding Achievement in Natural Language Processing (premio al logro sobresaliente en el procesamiento del lenguaje natural) de la Universidad de Brandeis (Massachusetts). Se denomina “corpus” en lingüística a los textos reunidos en una base de datos extensa y ordenada que sirve como punto de partida para una investigación.

El germen del proyecto fue desarrollado en el Computational Structure of Language Lab (laboratorio de estructura computacional de idiomas) de la Universidad de Brandeis (Massachusetts) bajo la supervisión del profesor Constantine Lignos .

Elena Álvarez Mellado ha desarrollado previamente el proyecto Aracne para la Fundéu (sobre la riqueza léxica en los medios informativos) y trabajó como lingüista computacional para Molino de Ideas (empresa dedicada al procesamiento lingüístico).

Actualmente es programadora de investigación en el Instituto de Ciencias de la Información de la Universidad del Sur de California . Ha publicado el libro de divulgación lingüística Anatomía de la lengua, colabora periódicamente en la revista Archiletras y en elDiario.es , y obtuvo en 2018 el premio Miguel Delibes por una columna en este último medio.

III

Lo 'cool' es hablar spanglish, el 'idioma' que amenaza el anglocentrismo de Estados Unidos, en El País, Paola Nagovitch, Nueva York -26 de mayo de 2024:

Esta mezcla del español con el inglés es la variedad lingüística híbrida de mayor crecimiento en el mundo. Los expertos calculan que la hablan unos 50 millones de personas

En una sola frase, Rolando Hernández se mueve entre el inglés y el español con agilidad. Su narración no se interrumpe a pesar de que cambia de una lengua a otra. No lo hace para traducir lo que dice en inglés o viceversa; simplemente da por hecho que quien lo está escuchando entenderá. Este cubanoamericano, de 26 años, es trilingüe: no solo maneja el inglés y el castellano, sino que también habla spanglish , una variedad del habla híbrida que nace de la combinación de lo anglo con lo hispano. En su barrio de Miami, Hialeah, donde tres cuartas partes de los residentes tienen raíces cubanas y el 95% de la población es hispana, el spanglish (en español también espanglish ) reina: “Está en todas partes, desde el drive-through del McDonald's más cercano hasta las galerías de Wynwood”, asegura Hernández.

Hablar en spanglish

Aunque es difícil precisar cuántas personas hablan spanglish , se estima que como Hernández hay de 35 a 40 millones de hispanos en Estados Unidos que se comunican de esta forma, más de la mitad de los 62 millones de latinos que viven en el país. Se trata de una cifra que solo aumentará a medida que crezca la comunidad latina en los próximos años: para 2060, se espera que uno de cada cuatro estadounidenses sea de origen latino. “Es el lenguaje híbrido de mayor crecimiento en el mundo”, asegura Ilan Stavans, profesor de Cultura Latinoamericana y Latina en el Amherst College (Massachusetts).

Existen distintos tipos de spanglish , influenciados por el país de origen de la comunidad que lo hable. Los puertorriqueños en Nueva York hablan nuyorican , un spanglish que combina palabras puertorriqueñas con un inglés sobre todo afroamericano, mientras que los cubanos en Miami se comunican en cubonics y los mexicanos de California tienen su versión chicana. Aparte de estos matices, esta lengua se manifiesta, en general, de tres maneras, explica el doctor José Medina, investigador lingüístico y consultor educativo, que trabaja con distritos escolares de todo el país para crear y desarrollar programas bilingües.

"El primer tipo de spanglish surge del alternar entre los dos idiomas. Es decir, puedo comenzar en una lengua y rápidamente pasar a la otra porque así es como funciona mi mente". La segunda manera es combinar palabras o tomar una palabra en inglés y convertirla en español y viceversa. Medina da un ejemplo: “Mi palabra favorita es planching , la mezcla entre planchando and ironing ”.

"Y la tercera forma de movilizar el spanglish es enfocándose en lo sintáctico, como cuando un estudiante dice en inglés, ' the car blue is going fast '. Esto no quiere decir que no entienda. Quiere decir que entiende demasiado porque está movilizando el orden de las palabras en español: el carro azul. En español, el sustantivo siempre va primero y luego el adjetivo, pero en inglés es diferente".

Para Medina, las personas que hablan spanglish tienen un “superpoder”: el translenguaje, o la capacidad de moverse con fluidez entre varias lenguas. "Todos tenemos un repertorio lingüístico y nuestro trabajo es movilizar las partes de ese repertorio lingüístico que necesitamos en diferentes momentos. El translenguaje nos da la oportunidad de entender que cuando mezclamos las lenguas no es algo incorrecto. En verdad estamos enseñando nuestros conocimientos a altos niveles académicos porque podemos utilizar ambas lenguas al mismo tiempo, algo que no cualquier persona puede hacer", explica.

Ser de aquí y de allá

Durante décadas, las personas que hablaban spanglish eran vistas con rechazo, tanto en Estados Unidos como en sus países de origen. Muchos sintieron que no eran lo suficientemente puertorriqueños o mexicanos, pero tampoco lo suficientemente estadounidenses. Por un lado, la sociedad latinoamericana les decía que hablaban un español supuestamente incorrecto y, por el otro, en Estados Unidos eran reprendidos por no perfeccionar su inglés. Su latinidad —e identidad en general— era constantemente cuestionada, y el spanglish era visto como un paso intermedio en el proceso de asimilación a la cultura estadounidense y al inglés. Algo temporal, algo que la gente superaría cuando aprendiese inglés.

Esa hostilidad hacia el spanglish era abrumadora: nacía dentro de las propias comunidades de migrantes e infectaba hasta los hogares. En casa de Medina, cuando era niño, sus padres, quienes habían migrado de Ciudad Juárez, México, a EE UU, siempre le decían “o en inglés o en español”.

El sistema escolar también incluye un gran papel en la demonización de esta lengua. Medina lo ejemplifica con una anécdota de cuando empezó el primer grado en Texas a finales de los años setenta: "No solamente me cambiaron el nombre de José a Joe, sino que también me trataron de forzar a transicionar al inglés y olvidarme de la lengua española. Hasta me ataron a una camilla. Yo me oriné y así, en la camilla orinada, me llevaron a mi clase de primer grado".

Frente a esa aversión general, el spanglish prevaleció como “una manera de adaptarse a EE UU sin perder la cultura original”, explica Ed Morales, profesor en el Centro de Estudios Étnicos y Raciales de la Universidad de Columbia en Nueva York y autor del libro Living in Spanglish (2002). Para Morales, hablar spanglish no supone que una persona no sea “ni de aquí, ni de allá”, sino que “se trata de ser de ambos sitios”, “de ser fluidos”. “Es una identidad híbrida que toma partes de ambas y se mueve hacia el futuro”, añade. Stavans concuerda: “El spanglish no es un paso en el proceso de adquisición del inglés, sino que es un reconocimiento de que la cultura latina tiene su propio idioma que no es el español ni tampoco es el inglés”.

Para Rolando Hernández, cuya familia emigró de Cuba a Miami en 2007, el spanglish “lo era todo para intentar encajar en un país nuevo”. Sus padres no hablaban inglés y aunque Miami es una ciudad bastante hispanohablante, “había entornos educativos o profesionales” en los que sus padres no podían participar debido a su falta de dominio del inglés. “Era un gran obstáculo”, cuenta. Para él y su hermana, era necesario hablar spanglish en casa delante de sus padres para que “ellos pudieran ampliar su vocabulario”. “Pero también era importante mantener viva la cultura a la vez que nos adaptamos al nuevo entorno, el spanglish nos permitió hacerlo”, añade.

El 'spanglish' se vuelve 'mainstream'

Una forma de hablar que nació en el siglo XIX en la frontera de Estados Unidos con México hoy es un fenómeno global. La primera versión del spanglish se gestó durante la guerra entre Estados Unidos y México de 1846-1848, cuando ocurrieron los primeros encuentros lingüísticos entre hispanohablantes y anglohablantes en el conflicto. El spanglish continuó su expansión mediante otra guerra: la hispano-estadounidense de 1898, cuando Estados Unidos llegó al Caribe. A partir de ese momento, se comenzó a llevar a cabo “una gran migración, y en la ida y vuelta se crea una condición hispánica fuera del Caribe en la que se mezclan lingüísticamente ambos idiomas”, explica Stavans. Así es como, a lo largo del siglo XX, el spanglish crece en su alcance y pasa de ser solo una forma de hablar fronteriza y se convierte también en una variedad lingüística migratoria, con la llegada de millas de migrantes latinoamericanos a suelo estadounidense.

Desde esos inicios y después de todo el rechazo que sufrió, en la última década el spanglish “se ha trasladado de la periferia cultural al centro”, según Stavans. Cuando el académico empezó a estudiar este fenómeno lingüístico, a principios de este siglo, recuerda que la gente se reía de su trabajo. "Hoy por hoy, cuando doy una conferencia, la gente ya no se ríe. La gente lo asume como algo normal, puede estar a favor o puede estar en contra, pero ya no lo ven como algo raro, algo extranjero. Lo ven como algo cotidiano", señala el escritor.

El experto explica que esta aceptación se debe “al ejército mediático” con el que cuenta esta forma de hablar. Se refiere a obras de teatro, la música que se escucha en todo el mundo, películas, novelas, libros infantiles y todo tipo de manifestaciones artísticas. Artistas latinos —sobre todo del reguetón y del género urbano en general— han llevado el spanglish a la cima de las listas musicales, con letras que a su vez han propulsado su uso en todos los rincones del mundo. También están las redes sociales, aplicaciones y webs que promueven su utilización y consumo y muchas corporaciones y negocios que también lo han adoptado. “Toyota y Colgate tienen comerciales en spanglish , Hallmark tiene una línea de tarjetas en spanglish …”, ejemplifica Stavans.

Mientras que mezclas como el portuñol, de la frontera entre España y Portugal, o el frañol , en la frontera franco-española, son variedades puramente fronterizas, con una proyección muy definida, el spanglish ha logrado superar las fronteras y las rutas migratorias para convertirse en un fenómeno global exportado a otros países. “Si juntamos la población de Estados Unidos con la población de América Latina que lo usa, habrá unos 50 millones de personas que hablan esta lengua de una forma u otra”, apunta Stavans.

No existe un español correcto

La Real Academia Española (RAE) incorporó el término spanglish (o espanglish ) a su diccionario en 2014, definiéndolo como una “modalidad del habla de algunos grupos hispanos de los Estados Unidos en la que se mezclan elementos léxicos y gramaticales del español y del inglés”. También ha incorporado palabras como parquear , que viene de “ to park” y significa estacionarse; tipear , que viene de “ to tipear algo” , o teclear algo; o chequear , que viene de “ to check Something” , o comprobar algo. No obstante, ya pesar del auge del spanglish en los últimos años, algunos siguen viéndolo con desdén. En círculos más conservadores y tradicionales, se sigue considerando que el spanglish no es más que una forma de ensuciar el español.

Para Stavans, sin embargo, “no existe ninguna lengua correcta, existe la aspiración a una lengua correcta, pero para sobrevivir siempre tienen que adaptarse”. "Tenemos este sueño utópico de que hay un español correcto y por eso hay una institución como la Real Academia Española que se supone que protege al español como tal. Lo curioso es que el inglés, a pesar de ser uno de los lenguajes más populares en el mundo, no tiene una Real Academia", señala el experto. "El inglés tiene instituciones que son descriptivas más que prescriptivas. La Real Academia tiende a ser prescriptiva, es decir, cómo se debe hablar el español, mientras que en Estados Unidos los diccionarios son descriptivos, reflejando cómo la gente habla. Yo creo que el spanglish se ha gestado con tanto dinamismo gracias al inglés, porque el inglés no sueña con apachurrar todo lo que viene de abajo, sino con darle cierta movilidad y flexibilidad".

El spanglish también se ve como una herramienta de descolonización, con un trasfondo político: “acabar con la forma en que los españoles quieren que hablemos español”, apunta Morales. De todos modos , para la mayoría de sus hablantes es una cuestión de identidad y, simplemente , su forma de hablar.

Texto: Paola Nagovitch

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