martes, 12 de junio de 2007

Palos

Hay gente que es como los olivos, que sólo a palos dan fruto. Este texto del "Trozo segundo" de la Vida de Diego de Torres Villarroel lo apoya.
"Salí del pupilaje, detenido, dócil, cuidadoso y poco castigado, porque viví con temor y reverencia al maestro… Fui bueno porque no me dejaron ser malo; no fue virtud, fue fuerza. En todas las edades necesitamos de las correcciones; pero en la primera son indispensable los rigores… Muchos mozos son malos porque no tienen a quien temer y muchos viejos delincuentes porque están fuera de la jurisdicción de los azotes. El maestro y la zurriaga deberían durar hasta el sepulcro, que hasta el sepulcro somos malos; y de otro modo no se puede hacer bondad con el más bien acondicionado de los hombres. Los años, la prudencia, la honra y la dignidad son maestros muy apacibles, muy descuidados y muy parciales de nuestros antojos y apetitos; el zurriago es el maestro más respetuoso y más severo porque no sabe adular y sólo sabe corregir y detener. Murió, poco años ha, el maestro de mis primeras letras y lo temí hasta la muerte; hoy vive el que me instruyó en la gramática y aún le temo más que a las brujas, los hechizos, las apariciones de los difuntos, los ladrones y los pedigüeños, porque imagino que aún me puede azotar; estremecido estoy en su presencia, y a su vista no me atrevo a subir la voz a más tono que el regular y moderado. Ello parece disparate preferir que se hayan de criar los viejos con azotes como los niños, pero es disparate apoyado en la inconstancia, soberbia, rebelión y amor propio nuestro que no nos deja hasta la muerte. Ahora me estoy acordando de muchos sujetos que si los hubieran azotado bien de mozos y los azotaran de viejos no serían tan voluntariosos y malvados como son. En todas las edades somos niños y somos viejos, mirando a lo antojadizo de las pasiones, en todo tiempo vivimos con inclinación a las libertades y a los deleites forajidos y valen poco para detener su furia las correcciones ni las advertencias. El palo y el azote tienen más buena gente que los consejos y agasajos; finalmente, en todas las edades somos locos, y el loco por la pena es cuerdo.”

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