sábado, 29 de diciembre de 2007

Letras

Los bancos se preocupan de crear cuentas bancarias para menores; no había oído hablar de esa nueva forma de pervertirlos y sodomizarlos; después fidelizarán a la clientela creando tarjetas de crédito para chuches, piruletas y consolas, con una apetitosa comisión en letra no diminuta, ya que los pequeños ni siquiera sabrán leer, al paso que vamos; desaparecerá hasta la sopa de letras, como han desaparecido las letras de cambio por la más popular hipoteca. Es revelador que los publicitarios, que no pierden ocasión de meternos su mensaje por cualquier incómodo lugar, no pongan anuncios en los libros ni en los rollos de papel higiénico. La cultura es lo que tiene. Nadie la quiere, y menos los publicitarios. Antes, la gente contrataba T V de pago para huir la publicidad y respirar alguna cultura; ahora paga hasta la publicidad que le endosan. A veces, incluso, como con vergüenza, interrumpen la publicidad para echar trozos de cultura como algunos echan canas al aire o potan la vomitona. La pela es la pela, aunque nos porculicen hasta la undécima generación. Pero ya se sabe, la letra es violenta y con sangre entra, no esas películas ultras y esos deportes ultras y esos programas ultras. Cualquier cosa menos ese dolor de cabeza llamado pensamiento.

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