domingo, 23 de diciembre de 2007

Revista

Hay gente que equipara información con saber; no tienen nada común. El saber es la dimensión humana de la información; incluye ese tipo de saber que se denomina conocimiento, el saber de la experiencia, pues saber de algo es conocerlo, encarnarlo, no saberlo. Hace falta leer los Poemas de la consumación de Aleixandre para entenderlo.

Fui a Madrid por cuestiones médicas; hubo retrasos en los trenes de cercanías, porque en estas fechas le da a la gente por suicidarse y los arrollamientos (ese es el eufemismo en los altavoces) provocan demoras, que se acumulan porque no faltan algunos suicidas más que se dan ánimos con el ejemplo del primero; una viajera comentaba que ayer ya había habido otro.

En el hospital, más de lo mismo: una mujer por los suelos con un ataque. En los flancos de El Corte Inglés de Preciados, dos bandas de jazz latino tocando maravillosamente. Negros, chinos, ecuatorianos... como aquí. El hecho de que sean dos delata que han sido contratados por el Corte Inglés, no que han sido llevados ahí por mero deseo de ensayar, como esos espontáneos conciertos de Jazz que se organizan ante los bouquinistes del Sena y los clochards del Boulevard Saint Germain en París. En la Biblioteca Nacional, estudiantes y doctores curioseando y todo el mundo rabiando por irse de vacaciones y esperando el inventario.

En la facultad de Historia y aulario de Filología: autobuses, egoísmo, cochambre, libros repetidos y desollados, opus, cucarachas, escaleras, bocadillos, papeleo, becarios, estudio miserable, vaivén y tránsito; no pasa el tiempo, cosa curiosa en una facultad como la de la Historia; bueno, una cosa sí ha cambiado: ahora ofrecen prácticas retribuidas a los estudiantes de filología hispánica en una editorial. Por demás, los chalados de rigor y la gentileza y mala leche madrileñas acostumbradas.

Leo la prensa gratuita, la más leída en España según las encuestas de difusión: 20 minutos, Aquí y Ahora, Qué, Adn , Metro. En las cenas de empresa se graba a la gente borracha con móvil y los jefes no suelen venir porque les piden cosas; excusas: "me encantaría pero estoy enfermo... me coincide con un compromiso familiar... me pilla lejos de casa y no tengo cómo ir (mala)... no tengo con quién dejar a los nenes"; José Luis Moreno apaleado y medio muerto por no querer dar la combinación de la caja fuerte y le roban igual forzándola. Ese tío es más tacaño que inteligente. Ahora además tiene que pagar al médico, si no ha pagado seguro, que es lo más probable. Pistolas Táser,Tony Leblanc resucitando otra vez y hablando como el mismísimo sentido común, Delibes oracular con una lucidez que sólo da ser viejo, los 35 años de Blade runner y sus caducos cultivos de ser humano; el Solitario tendrá una serie en TV; chabolas, paro, desplazamientos laborales, mundo del trabajo, cultura, arte, juventud creativa, inciativas laborales, cartas al director, mujeres, derechos humanos, individuos y no corporaciones -estos temas no son de fácil curso en la prensa normal, y sobre todo el tratamiento de los mismos-. No hay hojarasca ni mentira en el estilo, sólo inteligencia, humanidad, concisión y dato significativo, frente a los vigésimo-seculares periodicuchos vendidos de hoy en día.

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