sábado, 3 de mayo de 2008

Por sus ejemplos los conoceréis

Uno se ríe mucho cuando recurre a algunos truquillos solapados para obtener información confidencial o privilegiada. Una sombra no visible que produce el espíritu de las personas, pero que puede detectarse recurriendo a la perspicacia. Algunos métodos rinden buen fruto, como la proxémica, la paralingüística, la kinésica o la lectura de los gestos según los códigos de la antropología social. Otro procedimiento, desarrollado por mí, se funda en el acto fallido de Freud. Se trata de buscar en los textos escritos de un autor los actos de liberación o creación subconsciente. Esto funciona especialmente cuando se trata de un individuo poco creativo o artista, amazacotado por las rutinas que lo perrean. Un ejemplo, tomemos la Ortografía de la Real Cacademia. Sólo hay que espigar los ejemplos, considerarlos por grupos temáticos y psicoanalizar el conjunto, y en seguida tenemos el repertorio de manías de los académicos, sus quejas y reproches y aquello que, de ninguna manera, quieren decir. El cuadro medio resulta un poco descorazonador para aquellos que tienen alguna fe en la naturaleza humana. Los inmortales son bastante inmorales y están tocados por pasiones tan vehementes como las que aquejan a los seres de andar por casa. La decrepitud, la informalidad, las envidias, el desprecio, la soberbia asoman allá donde ellos no se cuidan de reglamentar nada.

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