En Alejandría han hallado una vasija con una inscripción en griego: "por Cristo, el Mago". Los arqueólogos la datan como anterior al año 50. Cristo, el ungido, puede ser cualquier oficiante. Desde luego, no es el santo Grial. El hecho de que ya se le tuviera por mago tiene que ver con el sincretismo religioso neopitagórico que se ponía moda entonces en ese puerto.
Si Cristo era tenido por un mago, seguramente hizo portentos o milagros, que hoy consideramos ilusiones de ilusionista. En una tradición rabínica antigua era tenido por mago y falsario. El tan creíble Testimonio flaviano, en su versión siria, que es la menos corrupta y la más antigua, también alude a esa capacidad de Cristo de realizar portentos asombrosos.
Está fuera de toda duda que Cristo existió, incluso para los más escépticos. Lo que es más que dudoso es la interpretación que se ha dado a su mensaje, que nunca llegó a escribir por su mano, que se sepa, salvo unas enigmáticas palabras que rasgó en la arena cuando estaban a punto de lapidar a la apóstol de los apóstoles, María Magdalena. ¿Qué escribía Jesús en la arena? ¿Una versión de lo que estaba a punto de ocurrir? ¿El único, veraz y ultrabreve Evangelio según Jesucristo?
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