miércoles, 17 de diciembre de 2008

Mis amigos los espías


He leído mucho sobre los servicios de información y espionaje españoles, y también algo sobre los británicos, el MI5 y MI6. Desde las memorias de González Mata, conocido como "Cisne", a los varios libros de periodistas sobre el SIM y su sucesor, el CESID. Muchos libros de John Lecarré, de Graham Greene, de Len Deighton; me he tragado numerosos documentales sobre estos temas. Y, hete aquí que me presentan a un auténtico y sufrido espía con la pretensión de que reescriba sus memorias. Bueno, a ver qué puedo hacer este verano, aunque, como es lógico, no puedo decir nada en este blog.

La materia prima de un espía es el anonimato: debe ser alguien profundamente mediocre y anodino, que pase absolutamente desapercibido, pero con una memoria de elefante y una gran capacidad para resumir información. Desde luego no un James Bond, sino más bien todo lo contrario. Su oficio es la traición y su labor frecuentemente y casi siempre no sirve para nada y más bien es peligrosa, porque los servicios de inteligencia más veces crean problemas que los solucionan.

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