Una salus haec est: hoc est tibi pervincendum
hoc facias, sive id non pote, sive pote!
El dístico de Catulo me sirve para reconstruirme y consistir todos los días. También me ayudan, y bastante, los consejos de Marco Aurelio: "Pasar cada día como si fuera el último, sin convulsiones, sin entorpecimientos, sin hipocresías... es ridículo no intentar evitar tu propia maldad, lo cual es posible, y en cambio intentar evitar la de los demás, lo cual es imposible... al despuntar la aurora, hazte a ti mismo estas consideraciones previas: me voy a encontrar con un indiscreto, un ingrato, un insolente, un mentiroso, un envidioso, un insociable".
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