viernes, 16 de octubre de 2009

Más en apariencia que en esencia


Francesco Manetto ha escrito un artículo muy lúcido y lucido en El País; viene a decir alqo que cualquiera con dos dedos de frente ya sospechaba: que en esta sociedad importa más la apariencia del hecho mismo que su sustancia, como creía Baudrillard. El premio de la paz a Obama, concedido sin contenido alguno aún que lo avale, así lo confirma.

¿Ha hecho mucho Barack Obama por la paz? Desde luego ha hablado de ella, y valores como el diálogo, el multilateralismo o el deseo de cambiar el mundo impregnan sus ya célebres discursos. Pero en estos tiempos de comunicación masiva por todos los soportes posibles lo simbólico se sitúa a menudo por encima de lo factual. Así que eso, el mensaje antes que el hecho, el concepto universal de paz comprensible en todos los códigos de comunicación del planeta, es lo que se ha querido distinguir con el Nobel de la Paz. Para algunos, estaría mejor denominado como Nobel de la Comunicación.

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