martes, 13 de octubre de 2009

La educación y el Estado


Zapatero ha escrito sobre Educación, así que no hay que leerlo. Tampoco él hace caso de abucheos y demás, porque dice que constituyen un rito. Usted vote lo que quiera, que ellos harán lo que les dé la gana y encima le llamarán rito sin su permiso. De hecho, los políticos no hacen caso de nada de nada, y menos de la educación, que es algo que les es absolutamente ajeno, marciano, indescifrable, como la escritura gíglica. Por eso no hay que hacer caso de lo que escriben. Un político jamás podrá hablar de otra cosa que de política. La batalla por la educación en España se perdió ya hace mucho tiempo y esto ya es irrecuperable, como las Tablas de Daimiel, que arden y se consumen sin que se vea, como todo en España. El Guadiana es ahora un río de fuego, como el Aqueronte, allá en los Infiernos, donde se ahogan los alumnos, los profesores, los padres... y ningún político les echa una mano. Han bebido de la fuente Eunoe y sólo recuerdan y ven sus aciertos, las cosas fáciles, sus propios méritos, sus alabanzas. Están en los Campos Elíseos, regocijándose sin fin de lo buenos, guapos y ricos que son. En todo caso, politrincos y pedabobos podrían adornar su fracaso un poco haciéndose el harakiri con la espada del Cid o ahorcándose de un árbol de rama recia -están sospechosamente gordos-, pero qué va. Eso les presupone algo que no tienen: vergüenza, hidalguía... Por eso lo que pueden hacer, eso sí, y harán, ya lo veréis, es una nueva reforma educativa. Y después otra. Y luego otra. Y así... perpetuamente, para siempre jamás. Hasta que haya una reforma de esta mierda de Constitución, y luego otra, y luego otra más...

1 comentario:

  1. Razonar en clave española

    Vale la pena pensar un poco en cómo hemos llegado a quemar la democracia en tan poco tiempo. Adelanto la conclusión: el feudalismo es dueño y señor de este solar y nunca creyó en ella, históricamente sólo le deja hacer hasta cierto límite.

    En clave de reconquista, cabe recordar aquellos primeros tiempos donde aparecieron los fueros y los pactos entre los brazos para hacer fuerza común frente al adversario, que fue derrotado. Sin enemigo interior aparecieron los exteriores, que interesaban fundamentalmente a las elites. Los bocados a las juras se multiplicaron y los defensores del pacto, de las Cortes y los derechos adquiridos de común acuerdo, cayeron en Aralar versión castilla, en Almansa versión aragón con lo que el despotismo de las elites se hizo dueño y señor de este solar que aún no ha soltado.

    La gran comoción de la Revolución francesa hizo creer, creo yo equivocadamente, a las elites que era mejor mantener el sistema, los pequeños respiros del 1808 al 14, ya ves que respiro con una guerra de por medio, y los dos años del trienio se saldaron con nuevas victorias de las elites más rancias.

    Ante lo inevitable se pactaron componendas en el 37 con una constitución que fueron superadas por la el 45 y la 56, en el 69 no llegó a nacer, y por fin la del 76 prima hermana de la actual. No olvidemos los golpes repúblicanos, aunque fueron otro lapso mínimo hasta que la larga noche franquista mantuvo los machos atados.

    Hace poco nos vendieron la inigualable transición que a la primera de cambio se muestra más bien restauración al más puro estilo Cánovas. ¿cuánto falta para la conmoción? ¿dónde saltará la chispa? Será en el exterior sin duda, porque aquí para hacer un fuego hace falta pedirle permiso al guardia.

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