lunes, 25 de enero de 2010

Pensamientos nocturnos, que decía Young

Por no variar, he tenido pesadillas. En mi caso suele suceder que en ellas se invierten los papeles: yo aparezco en la situación de los demás y los demás aparecen en mi propia posición; es un mecanismo habitual que atormenta a gente con conciencia, buena o mala, a gente excesivamente empática, cuando la empatía ha dejado de diferenciarlo todo y no distingue ya entre enfermo y enfermero, entre alumno y profesor. También he soñado con un dragón fractal translúcido que cambiaba sus innumerables colores transparentes; era bellísimo, pero asistía yo abstraído de ese y del otro sueño como a un espectáculo más que no fuese conmigo, con esa indiferencia que da el saberse espectador de una pantomima fraguada por una máquina biológica y automática de soñar, por una máquina semejante a un proyector de cine o vídeo anímico. Una raya, un foso, una escalera, una oscuridad, un aire impalpable pero existente en forma de distancia y perspectiva separaban pantalla y espectador. Quizá debería preocuparme que ni siquiera los sueños me preocupen. Sé, positivamente, que las cosas me afectan y me duelen y sufro por los demás, que oculto de algún modo mi dolor sin saber muy bien donde lo meto; pero el hecho es que una parte de mí podría seguir viviendo ajena a todo eso, quizá para no caer definitivamente en ese agujero anónimo y definitivo llamado daño o dolor; es un mecanismo de deshumanización, refugiarse en las esquinas de la soledad, donde todo se ve de frente, para no sentirse traspasado y traicionado, para no ser desnudado por el torbellino ni atacado por las espinas de la rosa de los vientos. Estar siempre en guardia contra las presuposiciones que de todas formas se hacen, contra las maldades que de todas formas acaecen, contra la suciedad, la frialdad y el caos que azotan a las personas y al mundo tiene, sin duda, un precio de deshumanización demasiado elevado como para pretender que pueda ser pagado alguna vez. Es, quizá, el paso previo y necesario para caer en el abismo... o para salir de él.

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